“Toda jornada es continuación de las anteriores; y, prefacio de la siguiente”.
Éste es uno de los motivos por los que, en esta jornada, se recoge la meditación de la jornada 32, y se combina con unas Nuevas Ideas para Reflexionar, para dar lugar a esta jornada 78.
Niklauss.
IDEAS PARA REFLEXIONAR 09.
Ahiṃsā अहिंसा.
Es un término sánscrito de la no violencia y el respeto a la vida. Es lo contrario a himsa (violencia). Habitualmente se interpreta como símbolo de paz y respeto hacia los seres capaces de sentir en el Budismo, el Hinduismo y el Jainismo, descrito en las escrituras Hinduistas llamadas Upanishads.
En Occidente, el concepto de la Ahiṃsā fue introducido por Mahatma Gandhi, quien lo consideraba «común en todas las religiones». Martin Luther King entre otros, se vieron influidos por este concepto, y realizaron protestas pacifistas que rechazaban la violencia, y movimientos actu desobediencia civil como Extinction Rebellion.
La inofensividad es un estado de conciencia y no una cualidad de acción. Es voluntad en acción, porque la Voluntad, cuando todavía no está en acción, es propósito o intención divina; y, cuando comienza a actuar, se convierte en Efecto impregnado de Amor, que es otro nombre para la inofensividad.
La inteligencia es amor en acción; lo que significa que el amor, antes de manifestarse, no es más que un propósito potencial que se convierte en inteligencia cuando comienza a actuar, porque la inteligencia es lo que conecta y es la relación entre el amor y la actividad divina.
El primero de estos dos, Inofensividad, es el primer aspecto de la Trinidad (Padre), la voluntad divina mezclada con el tercer aspecto material (Espíritu Santo), aspecto de actividad e impregnado de amor.
La inteligencia es el segundo aspecto de la Trinidad (el Hijo) o amor mezclado con el tercer aspecto de la actividad y propuesto por el primero de la voluntad. Así como el segundo es siempre la relación entre dualidades y la unión de las mismas, el primero es la síntesis o potencialidad equilibrada; y, equilibrada que, para nosotros, sólo debe entenderse como propósito, y que sólo puede manifestarse como un «estado de» o una «voluntad de».
Como el primer aspecto es la energía de síntesis, que no es más que otro nombre para la perfección equilibrada, no puede manifestarse en su estado puro, es decir, no puede verse en el campo objetivo. Debe combinarse con el tercer aspecto materia y guiarse por el segundo de consciencia/amor, cuando se llama inofensividad; o se mezcla con el segundo y se guía por el tercero, cuando se le llama inteligencia. La inofensividad no puede definirse con una palabra que transmita una idea de lo positivo porque no es una palabra de acción, sino una descripción del tipo de amor que se encuentra en la acción cuando es una acción correcta y de acuerdo con el plan divino que llamamos, la Voluntad Divina. La inofensividad es el punto de equilibrio inherente a la síntesis. Se habla de este punto de equilibrio en síntesis como inofensivo, porque no pone en movimiento causas imperfectas que resultarían en desequilibrios o efectos destructivos, por lo que se encuentra más allá del karma. Muchos meditadores y hechiceros tratan de protegerse con rituales, pero en la verdad una persona que practica la Ahimsa queda completamente protegido de todo mal.
DISCURSO Y MEDITACIÓN.
«Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus»: Yin y Yang revisitado.
Existe una necesidad urgente de comprender las cualidades del masculino y femenino, como se expresan en la creación, en las edades astrológicas de Piscis y Acuario, en el camino espiritual, y como debe ser entre los géneros.
Vemos, en la creación, como la Unidad Divina se hizo en dos aspectos, luego tres, generando la multiplicidad. La humanidad moderna, nos hemos perdido en la separación, en la batalla de los opuestos, en los detalles de la identificación material, perdiendo la memoria de naturaleza primordial, de dónde venimos y hacia dónde vamos espiritualmente.
El libro de 1992 «Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus», solo nos informan que los géneros son de diferentes planetas, con un análisis a nivel de la personalidad. Para actualizar nuestro mapa conceptual, volvemos nuestra atención enraizada en la materia y la forma (el mundo de los efectos) a los mundos superiores (el mundo de las causas). Reconocemos que el origen o raíz de nuestras vidas no es material o lunar, es el mundo solar de nuestra esencia divina o el Espíritu. El enraizamiento físico es sinónimo de apego, desde el punto de vista del alma, del ser atrapado en la tumba de los cuatro elementos, hasta que se despierta a su origen divino. El árbol invertido simboliza el alma despierto a su origen que comienza el camino de retorno a casa, por el enraizamiento solar; la reunión del Hijo Pródigo con el Padre, el dador de vida, con el consecuente despertar a quiénes somos, de que no somos solo el cuerpo y las posesiones a las que estamos tan apegados, sino un ser espiritual con los pies en el barro y la cabeza en el Cielo, un Hijo del Sol cósmico.
Podremos decir:
“Aham Eva Param Brahman”
“Yo Soy en Verdad la Esencia Divina ”.
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Ian Paul Lee.