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Artículo 1: Bocadillos saludables para llevar al trabajo: recetas fáciles y originales.

Bocadillo de huevo escalfado, tomate y aguacate.

El aguacate es uno de los ingredientes más sanos gracias a que está repleto de grasas saludables como las monoinsaturadas, que son excelentes para bajar de peso. Además, el aguacate, es rico en vitaminas E, C, en potasio y hierro. Sus beneficios son numerosos, por eso te animamos a comenzar tu bocadillo untando el pan con la mitad de un aguacate. 

Otro de los ingredientes que te recomendamos es el huevo, pero escalfado, ya que al ser cocinado de esta forma es más saludable. Termina añadiendo unas rodajas de tomate y una hoja de lechuga romana. ¡Tendrás un bocadillo delicioso y súper sano!

Bocadillo de salmón ahumado, pepino y mostaza.

Escoge un pan de centeno integral y úntalo con queso crema. Coloca sobre él unas 10 rodajas de pepino finas, después añade cuatro lonchas de salmón ahumado, un poco de mostaza y una hoja de lechuga fresca con unos tallos pequeños de eneldo.

Esta opción es perfecta para los días más calurosos. Es un bocata fresco, ligero, bajo en grasa y que se puede tomar frío. El salmón ahumado es considerado uno de los productos más sanos gracias a su elevado valor nutritivo. Además, es una fuente natural de proteínas, unos 25 g por cada 100 g de producto, ideal para tener fuerza para toda la jornada laboral.

Bocadillo de hummus, berenjena y rúcula.

Parece una combinación extraña, pero está deliciosa y es de lo más saludable. Esta alternativa necesita el uso del horno, pero es muy rápida. Tan solo necesitas unos 15 minutos de preparación y puedes dejarlo listo desde la noche anterior.

Lava y corta la berenjena en rodajas y colócalas en el horno con un poco de aceite de oliva virgen extra y una pizca de sal en cada una. Ponlas en el horno a 190 °C durante 15 minutos.

Para preparar el bocadillo unta hummus en las rodajas de pan y coloca dos rodajas de berenjena sobre él. Después, añade un par de tomates secos en aceite de oliva virgen extra y rúcula a tu gusto. 

Mollete de solomillo de cerdo, tortilla francesa y tomates secos.

Dora el solomillo de cerdo en una sartén con aceite de oliva virgen extra y prepara una tortilla francesa. Abre los molletes y coloca una base de lechuga, un par de tomates secos, las rodajas de solomillo de cerdo y la tortilla francesa. ¡Listo para llevar!

Bocadillo de pan pita con ensalada césar.

En un mortero añade los siguientes ingredientes hasta que la mezcla quede muy fina: cucharadita de orégano seco, cucharadita de albahaca seca, otra de cebolla en polvo, pimentón y menta seca. 

Frota la mezcla resultante sobre unas pechugas de pollo. Después, cocina el pollo en una parrilla con aceite de oliva virgen extra hasta que esté dorado y reserva. Cuando esté lo suficientemente frío como para manipularlo, córtalo y mételo en el frigorífico a macerar durante la noche.

A la mañana siguiente, en un bol grande, añade el pollo, lechuga romana troceada y rocía con un chorrito de vinagreta césar. Remuévelo y añádelo en el pan de pita. Ligero, fresco y saludable.

Caer en la rutina al hacer el bocata es tan fácil: jamón york, queso y bla bla, ¡pero hay tantas opciones para poner entre dos rebanadas de pan! 


Artículo 2: ¿Qué es el ácido úrico y cuál es el problema?.

El ácido úrico es un compuesto químico que se crea en el organismo cuando se descomponen unas sustancias químicas llamadas purinas, que se pueden encontrar dentro del cuerpo humano y en algunos alimentos y bebidas.

Todas las personas tenemos el ácido úrico en nuestra sangre y, siempre que esté en niveles normales, es decir, entre 3,5 y 7,2 mg/dL, será depurado por medio de los riñones y expulsado definitivamente a través de la orina. 

Sin embargo, si el cuerpo produce demasiado ácido úrico o no lo expulsa bien mediante la orina, puede desencadenar en el desarrollo de la enfermedad conocida como gota. La gota provoca que se formen cristales de urato que se depositan en los tejidos de nuestro organismo, principalmente en las articulaciones.

En cualquier caso, mantengamos la calma. La gota se puede curar. De hecho, es de las pocas enfermedades reumatológicas que tienen solución. El tratamiento consiste en alcanzar un nivel adecuado de ácido úrico, hasta el punto de que los cristales de urato se disuelvan. Eso si, debe tratarse lo antes posible para evitar lesiones articulares y requiere un tiempo prolongado. 

Espárragos y ácido úrico: ¿cuál es la relación?

Ya hemos visto que el ácido úrico elevado que nuestros riñones no pueden filtrar se podría convertir en un peligro para nuestra salud. Ahora bien, ¿cómo podemos mantener dicho ácido en niveles aceptables?

Debes saber que existen dos factores de riesgo principales en este caso:

  • Sobrepeso.
  • Alimentación.

En efecto, para mantener a raya los niveles de ácido úrico conviene que mantengas una alimentación equilibrada y saludable.

Cuando pensamos en una comida sana, los espárragos suelen ser alimentos que a casi todos nos vienen a la mente, pues poseen muchos beneficios: son ricos en minerales como el potasio, fósforo, hierro y contienen fibra. Entonces, ¿por qué debemos evitarlos si tenemos elevado el ácido úrico? Básicamente por un motivo: porque contienen gran cantidad de purinas.

Ya hemos comentado que el ácido úrico es el resultado de la descomposición de las purinas que, a su vez, se producen en nuestro cuerpo, pero también se encuentran en diferentes alimentos. Y los espárragos están entre ellos. 

El espárrago y la gota.

Si tienes niveles altos de ácido úrico o sufres de gota, el primer paso es consultar con un médico especialista. El profesional será quien diseñe la mejor dieta para ti. La misma eliminará los alimentos ricos en purinas, principalmente las grasas animales, sobre todo el pescado azul como el boquerón o la sardina. También otros productos con alto contenido en purinas, como las legumbres, el pan integral, el  y el café y ciertas verduras como las espinacas, la coliflor, el champiñón o la cebolla.

Por lo general, mantendrás una alimentación rica en lácteoshuevos, cualquier tipo de verdura (menos las que hemos citado), los cereales no integrales y las pastas o las patatas.

Si bien el espárrago puede tener una relación negativa con el ácido úrico si se consume en exceso, no conviene que lo demonices por un caso particular. Recuerda que tiene muchos beneficios: es rico en minerales esenciales como fósforo, zinc o hierro, fibra y vitaminas, entre las que destacan la A, la C, la E, la K o la B9.

Lo normal es que, si se consumen de forma responsable en cantidades sensatas, no tengas ningún problema con esta verdura sabrosa y beneficiosa para tu salud y la de los tuyos.


Artículo 3: ¿Qué es un infarto agudo de miocardio?

El corazón es un músculo que está en continua contracción y relajación día y noche. Para su correcto funcionamiento necesita un aporte continuo de oxígeno y otros nutrientes, que sirven como combustible para producir energía. 

El oxígeno y nutrientes llegan al músculo cardíaco a través de 3 arterias coronarias (similares a 3 tuberías ). Cada una de estas tuberías (coronarias) irriga una parte del corazón. Como consecuencia de exposición a los llamados factores de riesgo (posteriormente elaboramos este aspecto), las coronarias van acumulando progresivamente y de forma silente grasa (y otro material inflamatorio) en su pared. 

El crecimiento progresivo de los acúmulos de grasa, llamados placas de ateroma, hace que la coronaria pueda estrecharse progresivamente. Durante este proceso de crecimiento de las placas de ateroma, en un momento puntual, la cápsula que recubre la grasa puede fracturarse, poniendo la grasa en contacto con la sangre que circula dentro de una de estas tuberías (coronarias). La grasa no es soluble y al contacto con la sangre provoca la formación rápida de un coágulo de sangre, que puede llegar a obstruir completamente la coronaria, impidiendo que la sangre pueda llegar a la parte de corazón distal al lugar de obstrucción

El músculo cardiaco que deja de recibir aporte de sangre deja de funcionar muy rápidamente (es decir, deja de contraerse). Si esta situación se prolonga (más de 20-30 minutos), el daño al corazón se hace progresivamente irreversible (se queda necrosado). Cuanto más tiempo esté una parte de corazón sin recibir aporte sanguíneo, más extensa será la zona de daño irreversible. Después de varias horas, la práctica totalidad del territorio que dejó de recibir sangre se queda necrosada, y el músculo se sustituye por una cicatriz que no se contrae y puede provocar otros problemas. 

¿Cómo se trata?

El tratamiento para un infarto de miocardio consiste en “desatascar” la arteria ocluida lo más rápidamente posible. Si se consigue recanalizar la tubería (coronaria) relativamente pronto (primeras 1-2 horas), la secuela del infarto será mucho menor que si la recanalización se produce pasadas varias horas (o cuando no se recanaliza la arteria coronaria). Debido a esta rápida progresión del daño irreversible cardíaco durante un infarto, su tratamiento debe instaurarse lo antes posible. Es por ello que ante síntomas sugestivos de infarto (comentado posteriormente), se debe avisar a los servicios de emergencias lo antes posible. En este caso aplica el dicho “más vale un por si acaso que un yo pensaba”.

Existen dos métodos para desobstruir la coronaria durante un infarto: 

  • Cateterismo
  • Inyección de fármacos. 

Sin duda, la mejor técnica es el cateterismo, que es lo que realizamos los cardiólogos intervencionistas. Consiste en llegar a la coronaria obstruida a través de un catéter (tubo largo) que se inserta por una punción pequeña en una arteria de la muñeca. A través de este catéter se puede ver cual es el lugar donde está la obstrucción, para luego insertar un stent (malla metálica que abre desde dentro la coronaria e impide que se vuelva a cerrar). 

Cuando el cateterismo no se puede realizar relativamente rápido (por ejemplo porque el paciente está en un área muy alejada del hospital con capacidad para hacer cateterismos), la opción alternativa es inyectar un medicamento por la vena que tiene la capacidad  de disolver el coágulo que obstruye la coronaria. España tiene una red de hospitales excepcional y la cobertura para hacer cateterismos urgentes es muy alta. 

Infarto de miocardio: síntomas.

El síntoma más “típico” de un infarto es la aparición más o menos brusca de presión en el centro del pecho (similar a tener un peso encima). Este dolor no se alivia con los movimientos, y en ocasiones se extiende a la mandíbula, uno o los dos brazos e incluso a la boca del estómago

En ocasiones se acompaña de sudores o boca seca. Existen otras formas de manifestarse los infartos, pero son menos frecuentes. 

¿Cómo debo actuar cuando tengo síntomas sugestivos?

En cualquier caso, ante un dolor en el pecho que no se ha tenido antes y que se mantiene a lo largo de minutos, lo mejor es llamar al 112 buscando asistencia. Es mucho más seguro llamar a los servicios de emergencias que acudir por sus propios medios al hospital, ya que durante un infarto en curso pueden producirse arritmias que incluso evolucionen a parada cardiaca, y en presencia de servicios de emergencias se puede actuar de inmediato.

¿Por qué se producen los infartos? 

El mecanismo último que provoca el infarto ya se ha explicado previamente, pero es importante conocer por qué se va acumulando grasa en la pared de las coronarias. La exposición a los llamados factores de riesgo explica en gran medida este proceso. Los factores de riesgo más conocidos son:

  • El colesterol elevado
  • La hipertensión arterial
  • El tabaquismo
  • La diabetes. 

La exposición continua a uno o varios de estos factores de riesgo hace que las arterias de todo el cuerpo (no sólo las coronarias) empiecen a dañarse y se hagan propensas a acumular grasa en su pared. 

¿Es posible la prevención del infarto de miocardio?

La gran mayoría de los infartos sería prevenible. Evitar los factores de riesgo (evitando, por ejemplo, el tabaco) o tratarlos de manera precoz (por ejemplo con intervenciones que bajen el colesterol o la tensión arterial) resulta en una reducción muy importante de las probabilidades de padecer un infarto de miocardio.

Es importante reseñar que el acúmulo de grasa en las arterias no sólo afecta al corazón, sino a todo el organismo, y además de infartos puede provocar ictus cerebrales, aneurismas de aorta e incluso demencia.

Prevención del infarto de miocardio: Conclusiones.

Dos mensajes a modo de resumen:

  • Hay que controlar los factores de riesgo desde edades tempranas (evitar el tabaco, tomarse la tensión arterial de manera frecuente (anual) y hacerse analítica para ver los valores de colesterol). En caso de tener factores de riesgo, hay que iniciar intervenciones lo antes posible ya que el tiempo de exposición a los factores de riesgo condiciona la progresión de la enfermedad de manera silente.
  • Ante síntomas sugestivos de infarto hay que buscar asistencia sanitaria lo antes posible (en cardiología decimos que “el tiempo es músculo (cardiaco)”.

Artículo 4: Qué es el reflujo gástrico laringofaríngeo.

El reflujo gástrico laringofaríngeo, también conocido como reflujo silencioso, es un tipo de enfermedad del reflujo gastroesofágico (ERGE). Este ocurre cuando el músculo del esfínter al final del esófago no funciona de forma correcta, entonces el ácido del estómago puede retroceder a la laringe, garganta o conducto nasal. 

En pocas palabras, el músculo del esfínter, es el encargado de controlar el paso de la comida del esófago al estómago. Pero cuando este se relaja y no funciona de forma adecuada el ácido puede volver a subir hasta la garganta provocando numerosas molestias.

Cómo consecuencia, el ácido causa inflamación en estas zonas, puesto que no están preparadas para protegerse del ácido gástrico. Provoca un deterioro significativo en la calidad de vida y puede ocasionar una patología laríngea y esofágica grave si no se trata.

Los síntomas que provoca pueden ser parecidos a los de ERGE, por lo tanto, estas enfermedades suelen confundirse. Sin embargo, existen varias diferencias entre ambas y, a menudo, la enfermedad del reflujo gástrico laringofaríngeo tiene una recuperación más lenta.

Puede ocurrir especialmente en bebés debido a que sus músculos del esfínter no están desarrollados al completo, pasan la mayor parte del tiempo acostados y porque su esófago es más corto, pero también aparece en adultos.

Cómo saber si tienes reflujo silencioso: sus síntomas.

Te preguntas ¿cómo saber si tengo reflujo silencioso? Existen algunos síntomas que pueden ayudarte a detectar que tienes esta afección.

Sin embargo, es importante destacar la importancia de acudir a un médico especialista para comprobar si lo padeces por medio de una prueba diagnóstica, una endoscopia superior. Para este procedimiento se introduce un tubo flexible por la garganta para ver si hay zonas, como las cuerdas vocales, afectadas por el ácido. 

La ronquera crónica, o necesidad habitual de aclarar la garganta y carraspeo por tos, así como la sensación de un nudo en la garganta o dificultad para tragar (disfagia), pueden ser signos de que tienes reflujo silencioso. 

Otros síntomas pueden ser una sensación constante de goteo nasal, indigestión, dificultad para respirar o un sabor amargo en la parte posterior de la garganta.

Estos signos, y especialmente cuando el ácido del estómago se acumula en la garganta y la laringe, pueden causar un daño mayor a largo plazo, llegando a crear cicatrices en estas zonas. Además, puede incrementar el riesgo de sufrir cáncer de garganta, empeorar enfermedades como el asma o bronquitis o afectar a los pulmones.

Cómo evitar los síntomas del reflujo gástrico laringofaríngeo.

Existen numerosas alternativas de tratamiento que pueden reducir la gravedad y la frecuencia de los síntomas de reflujo silencioso. El más habitual es seguir un tratamiento médico con un especialista, pero complementarlo con ciertos cambios en el estilo de vida

En la mayoría de casos es necesario evitar algunos alimentos que promueven el reflujo, como los alimentos cítricos, picantes o el café, entre muchos otros. Para esto es recomendable acudir a un especialista en nutrición para que te ayude a crear una dieta de alimentación adaptada a tus necesidades.

Además de estos cambios pueden incluirse también otros para mejorar los síntomas:

  • Evitar acostarse hasta que pasen 2 horas tras la comida
  • Evitar la ropa ajustada
  • Mantener la zona superior del cuerpo ligeramente elevada mientras duermes
  • Comer comidas pequeñas y más frecuentes. 

Ahora ya conoces los principales síntomas del reflujo gástrico laringofaríngeo, presta atención a estos indicadores y acude a un especialista si aparecen para comprobar si padeces esta afección y qué tratamiento debes seguir para reducir las molestias.


Artículos recopilados By Niklauss.


 


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