Qué es la astenia primaveral y cómo combatir sus síntomas.
El cambio de estación y de hora pueden afectar al organismo. Si al comienzo de la primavera te sientes más cansado de lo habitual, y te cuesta mantener tu ritmo de día habitual por falta de energía, probablemente padezcas astenia primaveral.
Este trastorno afecta a personas de entre 20 y 50 años, siendo más frecuente en mujeres que en hombres. Se estima que cerca del 2 % de la población lo sufre en algún momento de su vida, según las estadísticas recogidas en el informe de Portal Farma. Descubre qué es exactamente, cuáles son sus síntomas más habituales y cómo puedes combatirlos.
Qué es la astenia primaveral y cuáles son sus síntomas.
La astenia primaveral es un trastorno estacional que provoca cansancio o fatiga a quien lo padezca, y que además persiste en el tiempo sin alguna causa puntual. Sus síntomas no suelen durar más de 15 días, pero si eres alérgico al polen podrías experimentar malestar más allá de los 15 días mencionados.
El principal signo de la astenia primaveral es el cansancio o el agotamiento, así lo confirman los estudios utilizados en la tesis doctoral de Astenia Crónica en Atención Primaria. Sin embargo, también puede presentarse con otros síntomas como: irritabilidad o cambios de humor repentinos, somnolencia durante el día, falta de apetito, dificultad para concentrarse, dolor de cabeza, reducción de la libido o tristeza sin causa aparente.
Causas de la astenia primaveral.
La astenia primaveral se debe a una combinación de diversos factores ambientales. Las variaciones climáticas que provocan una subida de las temperaturas y de la presión atmosférica, así como el incremento de las horas de luz, sumadas al cambio horario, son alguno de los factores que la propician.
Todos estos factores afectan al organismo alterando los ritmos circadianos debido a un cambio en la secreción de algunas hormonas, como las endorfinas, cortisol o melatonina. Esto ocasiona una alteración de los ritmos biológicos.
Cómo combatir los síntomas de la astenia primaveral.
No existe un tratamiento específico que ayude a que los síntomas desaparezcan al completo. Pero sí existen algunas medidas que permiten reducir sus efectos acelerando el proceso para que el organismo se adapte a los cambios. Estas son algunas de las recomendaciones más efectivas:
- Adaptación paulatina. Anticípate al cambio horario que se realiza en primavera de forma gradual para seguir un proceso de adaptación. Para ello, adelanta unos minutos el reloj un par de semanas antes del cambio de hora hasta que poco a poco, llegue a la hora legal. Es importante mantener los horarios habituales de sueño y comida.
- Actividad física moderada. El ejercicio físico regular durante 30 minutos al día ayuda a combatir algunos de los síntomas de la astenia, como el cansancio o la interrupción del ciclo de sueño.
- Hidratación correcta. La subida de temperaturas hace que el organismo requiera de más líquidos y se sude más. Por lo tanto, es esencial ingerir los dos litros de agua recomendados al día para mantener el cuerpo hidratado.
- Dieta variada y equilibrada. Tener una alimentación adecuada permite al organismo obtener los nutrientes necesarios para combatir la astenia y que pueda adaptarse a las nuevas condiciones ambientales.
- La dieta debe ser rica en verduras, frutas, carnes y pescados, productos lácteos y cereales, así como reducir los alimentos hipercalóricos. Para hacerlo de forma adecuada y que el proceso sea más sencillo, evitando así los síntomas, es recomendable contar con el asesoramiento de un especialista en nutrición para seguir un plan de alimentación adecuado a la estación.
- Mantén tus rutinas de sueño. La astenia primaveral afecta a la melatonina, hormona encargada del sueño, y esto puede provocar alteraciones en este, haciendo que no sea reparador. Trata de dormir las ocho horas diarias y cenar una hora antes de ir a la cama.
Pon en práctica estas recomendaciones para combatir los síntomas de la astenia primaveral, combinar una dieta adecuada con ejercicio moderado y una rutina de sueño adecuada pueden ser claves para reducir las molestias. Consigue que la llegada del buen tiempo no sea un problema en tu día a día.
8 alimentos ricos en vitaminas que te ayudarán a prevenir enfermedades.
La ingesta de vitaminas es de gran importancia por diversos motivos y es que desempeñan funciones tan variadas como: ayudar en la formación de los tejidos, el correcto funcionamiento del sistema inmunológico o mantener el sistema nervioso en orden.
Existen muchos tipos de vitaminas y cada una de ellas cumple una función importante a la hora de mantener un buen estado de salud. Sin embargo, muchas veces por el estrés o por no consumir alimentos ricos en vitaminas, podemos sufrir carencia de algunas de ellas. Así lo revela el estudio ENIDE (Evaluación Nutricional de la Dieta Española) sobre el déficit en el consumo de vitaminas. Entre las vitaminas menos consumidas encontramos la D, A, E y la B9, también conocida como ácido fólico.
Existen dos tipos de vitaminas. Por una parte encontramos las llamadas liposolubles, que se acumulan en el tejido graso, entre ellas están las vitaminas A, D, E y K. Y, por otro lado, las hidrosolubles, que se encuentran y se disuelven en el agua.
La alimentación tiene mucho que ver en la falta de este tipo de vitaminas en nuestro organismo, aunque factores como la genética o una dieta desequilibrada también pueden influir en ella. A continuación te presentamos un listado de alimentos ricos en vitaminas para ayudarte a mantener tu sistema inmunológico sano.
8 alimentos ricos en vitaminas.
Huevo.
El huevo es un alimento especialmente rico en vitamina D y B12. Esta última puede encontrarse también en otros alimentos de origen animal.
Zanahoria.
En la zanahoria encontramos una importante fuente de retinol y betacarotenos. Ambas vitaminas pueden encontrarse también en alimentos de origen animal, frutas, verduras y tubérculos de color anaranjado como la calabaza.
Aguacate.
Este alimento es uno de los más antioxidantes que encontrarás en el mercado. Además, contienen una importante fuente de vitamina E, B9 y ácido fólico. Los minerales son también abundantes en el aguacate, que contiene potasio, magnesio, calcio y fósforo.
Aceite de oliva.
Junto con el pescado, la carne de ternera y los cereales, el aceite de oliva es una de las principales fuentes de vitaminas K y D. La vitamina K es una de las vitaminas que menos consumimos y podemos encontrarla en otras verduras como las acelgas, las espinacas y la rúcula. La vitamina D, por su parte, es la encargada de aportar calcio a nuestro organismo.
Pimiento.
A pesar de que la naranja es la que se lleva la fama, el pimiento es, junto con la zanahoria, uno de los alimentos más ricos en vitamina C. Se trata de una verdura muy versátil que puede ser incluida en prácticamente todas tus recetas, tanto en versión cruda como cocinada. No olvides que la vitamina C es un gran antioxidante, fundamental para mantener el colágeno.
Cereales.
Al igual que las carnes y pescados, los cereales son una gran fuente de vitamina B1, B2 y B3. Lo que los hace una alternativa ideal para vegetarianos y veganos.
Patata.
La patata es un ingrediente rico en almidón que proporciona vitamina B6 a tu organismo. Es muy importante para ayudarte en el funcionamiento del sistema inmunitario y es especialmente recomendable para las mujeres embarazadas ya que contribuye a favorecer el desarrollo del bebé.
Frutos secos.
Los frutos secos contienen un aporte importante de vitaminas D, B3, ácido fólico y vitaminas. Sin embargo, también contienen un elevado aporte calórico, por lo que te recomendamos consumirlos moderadamente. Si tu objetivo es adelgazar, debes saber que se trata de un alimento muy saciante.
Las almendras y avellanas contienen una elevada cantidad de vitamina E. Mientras, las pipas de girasol y las nueces son ricas en vitamina D, por lo que son muy interesantes en invierno, dado que la vitamina D se obtiene principalmente por el sol. Los cacahuetes, por su parte, son buenas fuentes de vitamina B3 y ácido fólico, además de aportar proteínas.
Descubre las diferencias entre la leche de avena o de soja y otras bebidas vegetales.
En los últimos años, el consumo de bebidas vegetales ha incrementado notablemente. Las llamadas leche de avena o de soja solo se podían comprar en tiendas específicas o herbolarios. A día de hoy, las podemos encontrar en las baldas de cualquier supermercado. Pero, ¡ojo!, porque aunque su apariencia pueda confundirte, las bebidas vegetales, no tienen nada que ver con las leches de origen animal, ni en composición, ni en valores nutricionales.
En este artículo te mostramos algunas de las bebidas vegetales que podrás encontrar en el supermercado, sus diferencias y lo que cada una de ellas puede hacer por ti:
¿Qué bebida vegetal es mejor?
El listado de bebidas vegetales es cada vez más extenso y puede que te surjan dudas a la hora de escoger aquella más beneficiosa para tu salud. Te describimos cada una de ellas para que tengas en cuenta todas sus propiedades antes de introducirlas en tu cesta de la compra.
Pero antes, queremos dejar claro que las bebidas vegetales no sustituyen a la leche de origen animal. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) estas son menos completas que la leche de vaca desde el punto de vista nutricional, aunque son una buena opción para aquellas personas alérgicas o intolerantes a la lactosa.
Bebida de soja, la que tiene más proteína.
En respuesta a qué bebida vegetal es la mejor, la conocida como leche de soja gana con bastante diferencia. Esta contiene la gran mayoría de los beneficios de la leche de vaca y es la que más se aleja de sus puntos negativos.
Y es que, la bebida vegetal de soja contiene menos cantidad de grasas saturadas y carbohidratos que la leche de vaca. Además, posee un alto contenido en isoflavonas, unos fitonutrientes con un alto poder antioxidante, y fibra.
Se trata de una opción muy recomendable, y si además optas por su versión enriquecida en calcio y vitaminas, lo será todavía más.
Eso sí, puede que su sabor te resulte algo menos atractivo que el de otras bebidas vegetales y debes recordar que, por supuesto, no puede ser consumida por aquellas personas alérgicas a la soja.
Bebida de almendras, la más cremosa.
Esta es una de las bebidas vegetales más cremosas, lo que la hace perfecta para tomar tanto fría como caliente. Es muy rica en antioxidantes y minerales esenciales como el potasio y el calcio, así como en vitamina D. Además, contiene un bajo contenido calórico por lo que se le considera ideal para perder peso.
Puedes combinar esta bebida de almendras con café, infusiones o cacao sin que su sabor se vea alterado. La de almendras es algo dulce, lo que la convierte en un ingrediente muy apropiado para utilizar en tus postres caseros.
Bebida de avena, baja en grasa y rica en proteínas.
La bebida de avena contiene una gran cantidad de calcio, especialmente si está enriquecida. Su índice de contenido graso es muy bajo, es muy rica en proteínas y no contiene gluten, por lo que está indicada para celíacos.
Esta bebida vegetal es una de las alternativas más sabrosas y completas a las leches de origen animal.
Bebida de arroz, la más astringente.
La bebida de arroz destaca sobre el resto de bebidas vegetales por su fácil digestión y sus propiedades astringentes. Su sabor tiende a ser dulce, aunque es más suave que el de la bebida de almendras. Destaca por ser una importante fuente de vitamina B.
Por contra, su nivel de proteínas y de grasas saludables es más bajo que el del resto de bebidas vegetales, por lo que no es una buena alternativa para sustituir a la leche de origen animal.
Gracias a su sabor azucarado es perfecta para las meriendas de los niños, o para combinarla con cacao y cereales.
Ahora que ya sabes que las bebidas vegetales nada tienen que ver con la leche de origen animal, podrás tomar mejores decisiones a la hora de escoger la más saludable. No obstante, puedes contar con la ayuda de profesionales especializados para que resuelvan todas tus dudas a la hora de incorporarlas en tu dieta diaria.
Descubre en qué consiste la dieta atlántica y sus 10 beneficios para tu salud.
Pescados, hortalizas y verduras son algunos de los alimentos principales que conforman la dieta atlántica. En los últimos tiempos esta se ha hecho más y más popular por todos los beneficios que este estilo de alimentación puede aportar a tu salud. Pero, ¿conoces en qué consiste la dieta atlántica?
Al igual que sucede con su hermana, la dieta mediterránea, la dieta atlántica tiene múltiples beneficios para mantener la salud de tu corazón. Así lo avalan desde la Fundación Española del Corazón, donde afirman que la dieta atlántica puede ayudar a prevenir las enfermedades cardiovasculares o la diabetes.
Qué es la dieta atlántica.
El concepto de dieta atlántica suena con más fuerza de un tiempo a esta parte, sin embargo, se trata de un estilo de alimentación que nos ha acompañado durante siglos. Países como Portugal, la Bretaña francesa o el Reino Unido son grandes consumidores de este estilo de alimentación. En España, la dieta atlántica, está muy extendida en zonas como Galicia, Cantabria o el País Vasco.
Entre los alimentos principales que la conforman destacan el pescado, las frutas y las verduras. Todos ellos contienen una fuente de nutrientes importantes para nuestro organismo. Al igual que sucede en la dieta mediterránea, el aceite de oliva es uno de los ingredientes estrella para aderezar los platos que conforman este tipo de dieta. Los lácteos, cereales e hidratos de carbono cobran también gran protagonismo entre sus platos. El vino, en su justa medida, podría entrar también a formar parte de este estilo de dieta.
Todos estos alimentos tienen una carga elevada de vitaminas, minerales y ácidos grasos omega-3. Lo que se persigue en este estilo de alimentación, es que todos sus ingredientes se cocinen de manera saludable, controlando el exceso de grasa.
Si te animas a saber más sobre esta dieta, sigue leyendo y te contamos todo lo que debes saber sobre ella.
El decálogo de la dieta atlántica.
Durante el II Congreso Internacional de la Dieta Atlántica que se llevó a cabo en el año 2006, se estableció un Decálogo de la Dieta Atlántica, que contiene 10 recomendaciones a tener en cuenta. Las claves para una alimentación saludable según este decálogo son las siguientes:
- Consumir pescado 3 o 4 veces por semana. De mar o de río, es indiferente. Lo importante es que integremos el pescado como uno de los alimentos fundamentales de la dieta.
- Incluir cereales, legumbres y patatas. Estos contribuyen en la aportación de la mitad de las calorías que nuestro cuerpo necesita a diario. Todos ellos son una buena fuente de fibra para nuestro cuerpo.
- Acompañar las comidas con frutas y hortalizas. En esta dieta se señalan especialmente los que son propios de cada zona. También incluyen hortalizas como el repollo, berzas…
- Aderezar con aceite de oliva. Se incluye como el ingrediente ideal para cocinar nuestros platos pero, sobre todo, para consumir en crudo acompañando a nuestras verduras y ensaladas.
- Productos lácteos diarios. Estos son excelentes fuentes de proteínas de alto valor biológico, minerales (calcio, fósforo, etc.) y vitaminas. Además, constituyen un aporte extra de fermentados y ayudan a mejorar la flora intestinal.
- Consumir carne en su justa medida. La carne es fuente de hierro y proteínas, sin embargo, hay que consumirla de manera moderada, así lo advierten desde la Fundación Española del Corazón.
- El vino tiene cabida en la dieta atlántica. El consumo moderado de esta bebida, siempre durante las comidas, tiene cabida en la dieta atlántica. Sin embargo, el agua sigue siendo la fuente principal y más saludable de hidratación.
- La cocción y sencillez en la cocina. Preparar los alimentos de una manera sencilla y reduciendo la grasa al máximo es uno de los principios de esta dieta. La cocción es la forma más aconsejada, aunque también cabe la fritura en aceite de oliva o las técnicas de empanado y los platos preparados a la plancha.
- Disfrutar de la comida. Compartir los momentos de comidas con familiares o amigos y sin estrés es otro de los fundamentos de la dieta atlántica.
- Complementar la alimentación saludable con actividad física.
Ahora que ya conoces todos los beneficios de la dieta atlántica, puedes implementarla en tu día a día con la ayuda de un profesional. Si necesitas hacer un cambio en tu estilo de vida, puedes ponerte en contacto con un profesional cualificado cuando lo desees.
Fuente: #Nutricion y #Salud.
Artículos recopilados By Niklauss.