¿Por qué pierdo volumen pero no peso?
Estás reduciendo calorías, yendo al gimnasio y haciendo todo bien, pero tu peso no se mueve, ¿te resulta familiar? Probablemente, uno de los sentimientos menos motivadores es ver que el número en la báscula permanece igual.
No te preocupes, hay varios factores que influyen en esto y comprender lo que sucede en tu cuerpo puede ahorrarte mucho estrés y ayudarte a tener más éxito a largo plazo. Si te preguntas: “¿Por qué pierdo volumen, pero no peso?”, sigue leyendo, te contamos las razones y qué es lo que le ocurre a tu cuerpo.
Razones por las que pierdes volumen, pero no peso.
Para bajar de peso es necesario seguir una dieta sana y tener un estilo de vida activo para poder deshacerse de la grasa. Si a pesar de seguir un plan de alimentación saludable y hacer ejercicio no ves resultados en la báscula, no te preocupes, existen algunas razones que pueden estar ocasionando esta situación. Te contamos las más habituales.
Retención de agua.
La retención de líquidos es una acumulación excesiva de líquidos en los tejidos que puede ser causado por diversas razones como problemas circulatorios, insuficiencia cardiaca congestiva o enfermedades renales.
Este provoca ciertos síntomas relacionados con el aumento de peso. Desde hinchazón en las piernas hasta un incremento del perímetro abdominal. Por eso, esta puede ser una de las razones por la que, a pesar de bajar volumen, no pierdes peso.
Para ponerle solución es necesario seguir una dieta baja en sodio. Puedes probar a reducir la ingesta de sal en tus comidas, ya que cuanta más sal consumas, más agua retiene tu cuerpo.
Estás ganando músculo.
La mayoría de las personas no se dan cuenta de que los músculos juegan un papel muy importante en la pérdida de peso. Hacer entrenamiento de fuerza mientras tienes un déficit de calorías puede hacerte ganar músculo a medida que pierdes grasa.
Al ganar músculo se pierde grasa, pero tu peso se puede mantener aunque notes que tu volumen se modifica. La razón es que el músculo pesa más o igual que la grasa, pero ocupa menos espacio.
Si practicas deporte y estás trabajando tus músculos, esta es la razón que puede estar ocasionado que notes que reduces de talla y tu cuerpo esté más estilizado, pero con el mismo peso que antes.
Sin embargo, es importante que seas consciente de que el número de la báscula no es lo más relevante, piensa que tu cuerpo está más tonificado y has transformado la grasa en músculo. Además, una báscula normal muestra tu peso, pero no te dice cuánto de ese peso es músculo, grasa, agua, huesos u órganos. Centrarse en la pérdida de grasa es mucho más importante que centrarse en tu peso.
Cambios hormonales en las mujeres.
Los cambios hormonales en las mujeres también tienen mucho que ver en que el peso no baje, aunque el volumen sí.
Durante el ciclo de la menstruación, las hormonas están por todas partes y, además de afectar a tu estado de ánimo, también lo hacen a tu peso.
Dependiendo de la etapa de la menstruación en la que te encuentres, seguramente verás fluctuaciones en el peso. La hormona estrógeno provoca retención de líquidos y aumento del riesgo de subir de peso. Si estás en esa época del mes, es mejor esperar para poder evaluar los cambios.
Estar cerca de la menopausia también puede provocar cambios hormonales que pueden ocasionar una redistribución de la grasa, llegando a incrementar el peso o a mantenerlo igual a pesar de hacer ejercicio y seguir una dieta saludable.
Ahora ya conoces las razones más habituales por las que pierdes volumen pero no peso:un problema de retención de agua, estar ganando músculo, hasta estar experimentando cambios hormonales.
Recuerda que lo importante es seguir una dieta saludable y hacer ejercicio de forma constante para poder conseguir que tus esfuerzos se vean reflejados en la báscula.
No obstante, si quieres bajar de peso de manera segura, lo más recomendable es acudir a un especialista en nutrición para que te ayude a planificar tu alimentación en base a las necesidades de tu cuerpo. El cuadro de nutricionistas del seguro de salud y bienestar de Seguros Catalana Occidente puede ayudarte a definir el menú que mejor se ajusta a tus necesidades nutricionales.
5 Recetas de método del plato.
¿Quieres comer de forma más saludable, pero no sabes muy bien por dónde comenzar? Organizar comidas equilibradas puede parecer complicado al principio. Además de escoger los alimentos adecuados es necesario saber cómo repartir las cantidades de cada uno de ellos.
El método del plato es una popular herramienta para hacer más sencillo el proceso que te permite incluir de una manera visual todos los ingredientes necesarios para preparar una comida variada y completa. Te contamos las mejores recetas de método del plato para que puedas comenzar a ponerlo en práctica.
¿Qué es el método del plato?
El método del plato se creó en 2011 por expertos nutricionistas en Harvard y se ha convertido en una de las pautas nutricionales más recomendadas y efectivas para ayudar a bajar de peso o seguir una dieta saludable.
El objetivo es obtener un único plato con las porciones adecuadas para una comida completa, saludable y sabrosa. Para ello, es necesario dividir el plato en cuatro partes:
- 50% de verduras y hortalizas. Este tipo de alimentos tienen un alto contenido en agua, fibra y vitaminas. Esto hace que sus beneficios sean numerosos, como prevenir el estreñimiento, protegen el corazón, controlan los niveles de tensión arterial o benefician al sistema inmunitario. Es necesario ir combinándolas en crudo o cocidas. Podemos incluir desde brócoli, acelgas, zanahoria, tomates, pimientos… hasta champiñones. ¡Sé creativo!
- 25% de carbohidratos. La cantidad recomendada equivale a una taza y es importante ir variando el tipo de alimento que se consume. En esta porción se incluyen las patatas, las legumbres, la pasta, el pan y los cereales. Estos alimentos ayudan a aportar energía al cuerpo, al correcto funcionamiento de la actividad cerebral y mejoran la salud cardíaca.
- 25% de proteínas. La última porción del plato está destinada a los alimentos que tienen un alto aporte de proteínas, como la carne, el pescado o los huevos. Estos alimentos están compuestos por aminoácidos, contribuyen a reducir los niveles de azúcar y ayudan a la recuperación muscular.
Este método debe ir acompañado con, al menos, dos litros de agua al día y una pieza de fruta en cada comida. Además, durante las comidas es aconsejable tomar agua o bebidas no azucaradas, aunque este sistema permite la posibilidad de incluir té o café dos veces al día.
¿Cómo hacer el método del plato con alimentos combinados?
Las comidas no siempre encajan a la perfección con las secciones del plato. Muchas recetas combinan distintos alimentos, como por ejemplo los guisos, pasta, pizza o sándwiches. Pero aun así, puedes poner en práctica el método del plato. Es tan sencillo como identificar los ingredientes que vas a utilizar y pensar en qué porción del plato estarían colocados.
Veamos un ejemplo. En una rebanada de pizza, la base sería el alimento con carbohidratos, el queso y la carne serían los alimentos con proteínas, y la salsa de tomate y cualquier verdura añadida serían los vegetales.
Recetas para poner en práctica el método del plato .
Puede resultar abrumador seguir un menú semanal de método del plato. Sin embargo, las posibilidades de recetas para ponerlo en práctica son infinitas, ya que te permite combinar alimentos y conseguir platos sencillos o hasta muy elaborados, según el tiempo del que dispongas. Toma nota de algunas ideas y platos.
1. Ensalada de pasta con pollo.
Un plato sencillo es la pasta con pollo pues te permite seguir el método del plato sin demasiadas complicaciones gracias a su rápida preparación. Para su elaboración, pon a hervir una taza de pasta, saltea el pollo en una sartén con tomates Cherry, mezcla todo y aliña la ensalada con aceite de oliva virgen extra.
2. Salteado de verduras con quinoa y carne.
Prepara un plato compuesto por una guarnición de quinoa, un salteado de champiñones, cebollas, brócoli y zanahoria junto con una pieza de carne blanca. Puedes añadir salsa de soja para aderezarlo.
3. Espinacas con huevo y pan.
Saltea las espinacas con tomates Cherry, después añade un huevo y déjalo hasta que quede bien cocido. En la porción de carbohidratos tuesta pan para acompañar la receta.
4. Merluza al vapor y patatas.
Prepara merluza al vapor, aderézala con un chorrito de aceite, sal y orégano. Acompaña el plato con patatas y cebolla.
5. Guiso completo.
Una receta de guiso también es posible en este método de alimentación. Prepara un guiso con garbanzos, pollo, patatas y verduras como zanahoria.
Pon en práctica estas recetas de método del plato y comprueba la eficacia de esta herramienta gracias a una visualización sencilla de cómo organizar los alimentos de tus comidas. Para preparar tu dieta de forma más clara y sin complicaciones puedes acudir a un experto en nutrición.
¿Qué galletas puedo comer si estoy a dieta?
Benditas galletas, no podemos vivir sin ellas, pero al empezar la dieta son el primer producto que desaparece de la despensa.
Y tenemos que reconocerlo, a todos nos apetece algo dulce o picar algunas galletas de vez en cuando. Por eso te daremos una buena noticia: las galletas pueden ser parte de tu plan de alimentación saludable.
Entonces, te preguntarás: “¿qué galletas puedo comer si estoy a dieta?”. Te contamos todas las claves que necesitas para tomarlas de la manera adecuada y no tener que renunciar a ellas.
Comer galletas estando a dieta: todas las claves.
Si estás tratando de perder peso, para no caer en la tentación, probablemente hayas eliminado de tu despensa todos los productos con más calorías como las galletas. Muchas personas suprimen por completo cualquier dulce o galleta de su plan de alimentación para conseguir los objetivos que tienen establecidos.
Sin embargo, esto no debe ser así. Seguir una dieta adecuada supone encontrar un equilibrio con opciones saludables para no privarte de determinados productos. No tiene qué significar eliminar al completo un alimento, solo tomarlo de la manera adecuada.
En cuanto a las galletas, puedes incluirlas en tu plan de alimentación, aunque tienes que elegir las más nutritivas y tomar las cantidades correctas.
Sustituye la harina blanca por una integral.
La harina blanca suele ser el ingrediente principal de cualquier dulce o galleta, pero es el menos sano. Por eso, es aconsejable sustituirlo por una harina integral, debido a que los granos integrales aportan más fibras, minerales y vitaminas.
¡Y esa no es la única ventaja! Al ser más densas te saciarán más rápidamente que los productos elaborados con harina blanca. Esto es perfecto para no tener la necesidad de comer más galletas.
¿Cuántas galletas puedes comer al día si estás a dieta?
Las galletas son ideales para desayunar o merendar, pero ¿cuántas puedes comer sin que afecte a tu dieta?
Lo más importante es que no tomes la mitad de un paquete de galletas, sino que comas 4-5 galletas y las acompañes de otros alimentos como fruta o frutos secos. Por ejemplo, un desayuno equilibrado y saludable puede tener 5 galletas y 1 plátano además de un vaso de leche.
A la hora de comer galletas debemos tener en cuenta que su valor nutricional es muy bajo y que, en cambio, tienen un alto contenido en azúcares y carbohidratos. Por lo tanto, es recomendable comer una cantidad de galletas reducida. Para que te hagas una idea, 4 galletas tienen en torno a un 30% de carbohidratos, lo que equivale a comer una rebanada de pan. Como ves, se trata de un alimento con un alto contenido en carbohidratos.
El chocolate negro y la fruta: los mejores aliados de las galletas.
El chocolate es uno de los alimentos más irresistibles, pero existen algunos más saludables que otros. Puedes combinarlo con galletas, pero para seguir una dieta adecuada te recomendamos que busques uno compuesto por, al menos, un 70% de cacao. Este tipo es conocido como chocolate negro o amargo y contiene menos azúcar, es una gran fuente de antioxidantes y ayuda a reducir los niveles de colesterol.
Además, puedes combinar la masa dulce de las galletas con pequeños trozos de fruta fresca como manzana o plátano, para conseguir que estén deliciosas, a la vez que saludables.
Ahora ya tienes todas las claves para responder a tu pregunta de “qué galletas puedo comer si estoy a dieta”. No tienes por qué eliminarlas de tu plan de alimentación, tan solo es necesario escoger las más saludables y tomar las cantidades adecuadas al día.
No obstante, si estás cuidando tu alimentación o tienes en mente hacerlo, te recomendamos acudir a un profesional en nutrición para que te resulte más sencillo saber qué galletas incluir en tu dieta según las necesidades de tu cuerpo y tus objetivos. El cuadro médico de Seguros Catalana Occidente cuenta con un amplio cuadro de especialistas en dietética para acompañarte en el proceso.
Alimentos recomendados en un menú sin fructosa.
Entre un 40% y 60% de la población española se ve afectada por intolerancia a la fructosa, según la Asociación Andaluza de Patología Digestiva (AAPD). Esta causa molestias como gases, diarrea, estreñimiento o dolor abdominal. Si tu sistema digestivo no absorbe bien este azúcar simple es necesario seguir una dieta restringida en fructosa para aliviar los síntomas.
Aunque se encuentra en muchas frutas y edulcorantes, existe una gran variedad de alimentos por los que puedes optar en un menú sin fructosa. En este artículo te contamos qué puedes comer y cuáles son los alimentos que debes evitar para no sentir molestias.
Alimentos permitidos en dietas para intolerantes a la fructosa.
No existe una solución única en la dieta para los intolerantes a la fructosa. En general, la mayoría de las personas que la padecen pueden tolerar algo de fructosa, pero todos tienen una sensibilidad diferente. Por ello, es importante acudir a un profesional médico o nutricionista para determinar el grado de intolerancia y la mejor dieta a seguir para asegurarte de que estás recibiendo una alimentación adecuada.
Sea cual sea tu nivel de intolerancia, existen algunos alimentos bajos en fructosa que son adecuados para el consumo. Lo único que deberás determinar es la cantidad tolerada por tu organismo en cada uno de ellos. A continuación te detallamos una lista de alimentos que pueden ayudarte:
Verduras.
Es esencial conocer qué verduras puedes tomar, algunas de ellas contienen fructosa y es recomendable evitar su consumo. Ciertas verduras como las zanahorias, las judías verdes, la espinaca y la col rizada son ejemplos de verduras que puedes incluir en tu dieta. La mayoría de las verduras que contienen pequeñas cantidades de fructosa están bien equilibradas con la glucosa, por lo que es probable que no causen un problema.
Sin embargo, no es aconsejable tomar espárragos, cebollas, guisantes, tomates o alcachofas. Te animamos a eliminarlas de tus platos si tienes intolerancia a la fructosa.
Productos lácteos.
Numerosos productos lácteos no contienen fructosa, pero es crucial asegurarse antes de tomarlos leyendo las etiquetas, ya que algunos pueden contener azúcar agregada. La leche fresca, el queso o los yogures naturales no contienen fructosa, por lo tanto, puedes consumirlos.
Sin embargo, los batidos o yogures aromatizados pueden parecer libres de fructosa, no obstante tienen azúcar añadida y, a pesar de ser productos lácteos, es mejor no consumirlos.
Grasas.
Añadir grasas saludables en una dieta restringida en fructosa es posible. Puedes consumir aceite de oliva virgen, mantequilla o margarina, pero evita aderezos procesados como la mayonesa.
Frutas bajas en fructosa.
A pesar de que todas las frutas contienen fructosa, una dieta recomendable para estas molestias gastrointestinales solo elimina los alimentos que contienen más de la mitad de su azúcar en forma de fructosa. Entre las frutas prohibidas para intolerantes a la fructosa encontramos la sandía, manzanas, peras, mango o cerezas.
Sin embargo, puedes comer, siempre con moderación, plátanos, kiwis, fresas o arándanos, especialmente si distribuyes bien su ingesta a lo largo del día.
Carnes, pescados y marisco.
La mayoría de las carnes y pescados están naturalmente libres de fructosa a menos que estén preparados con ingredientes que la contengan, como puede ser el caso de algunas recetas con salsas para acompañar estos platos. Por eso, te aconsejamos evitar las salsas, sobre todo las procesadas.
Escoge carnes rojas, además de pollo, pavo, pescado y todo tipo de marisco.
Los problemas intestinales para los intolerantes a la fructosa varían en cada persona, al igual que el tratamiento. La mejor solución es adaptar la dieta en función de los síntomas específicos y diseñar una alimentación con cantidades personalizadas según la tolerancia de tu organismo.
Para ello, es necesario conocer los alimentos recomendados en un menú sin fructosa. Si padeces esta intolerancia lo mejor es que un experto nutricionista te ayude a preparar la dieta más adecuada a tus necesidades.
Fuente: #Nutricion y #Salud.
Artículos recopilados By Niklauss.