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Cómo puede afectar la pluriactividad en tu declaración de la renta.

Si estás pensando en emprender sin dejar tu puesto en una empresa, te invitamos a que leas este artículo para que sepas cómo afectaría a tus próximas declaraciones de la renta.

En la actualidad muchos trabajadores asalariados se plantean emprender una actividad por cuenta propia sin dejar sus puestos en la empresa para la cual trabajan, ya sea a modo de complemento salarial o como proyecto de futuro. A esto se le llama pluriactividad, y dado que tiene consecuencias sobre la Declaración de la Renta, es importante saber en qué consiste antes de dar el paso. En este post te explicamos todo lo que necesitas saber: ¡lee con atención!.

¿Qué es la pluriactividad?

En España, ser trabajador asalariado es compatible con tener una empresa o un negocio propio. A esta situación se le llama pluriactividad, y consiste en tener un contrato de trabajo por cuenta ajena y al mismo tiempo ejercer una actividad profesional por cuenta propia, o sea, ser autónomo. 

Por lo tanto, un trabajador en situación de pluriactividad debe cotizar en el Régimen General de la Seguridad Social en función de la nómina que perciba; así como en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos, abonando la cuota que elija dentro de los límites que marcan la base mínima y la base máxima. 

¿Cómo afecta la pluriactividad a la renta para múltiples pagadores? 

Tener múltiples pagadores (la empresa para la que trabajas más los clientes de la actividad que se desarrolla por cuenta propia) conlleva ciertas condiciones para con Hacienda: la más importante es la obligatoriedad de presentar la Declaración de la Renta si tus ingresos superan los 14.000 euros anuales, siempre y cuando el segundo pagador y todos los demás te paguen al menos 1.500 euros al año. 

Y es en este punto cuando surge la gran duda relacionada con tener dos pagadores a la hora de realizar la Declaración de la Renta: ¿es cierto que la Declaración siempre sale a pagar?

La respuesta es no: tener dos pagadores no implica pagar más impuestos sobre nuestra renta que el resto de trabajadores. Sin embargo, sí es cierto que muchas veces la declaración sale a pagar porque las empresas, por norma general, retienen a sus trabajadores como si estos solo tuvieran una relación laboral, sin tener en cuenta su actividad por cuenta propia. 

Por lo tanto lo aconsejable si estás en situación de pluriactividad es que acudas al departamento de recursos humanos de la empresa para la cual trabajas para que ajusten tus retenciones y así evitar problemas. 

¿Cómo afecta la pluriactividad a los tramos del IRPF?

Sin embargo, lo que sí puede ocurrir al presentar tu Declaración de la Renta es que pagues más dinero del que pagabas antes

Esto sucede porque el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas es progresivo, es decir, depende de cuál sea tu renta anual total. Por lo tanto, cuanto mayor sean tus ingresos mayor será la base imponible a efectos fiscales. Así pues, si al tener dos pagadores tus beneficios anuales aumentan, el impuesto que tendrás que abonar también será mayor.

En todo caso, debes tener en cuenta que siempre pagarás los impuestos de acuerdo con el tramo del IRPF al cual pertenezcas: 

  • Primer tramo: si ganas hasta 12.450 euros, tu tipo impositivo será del 19%.
  • Segundo tramo: si ganas entre 12.450 euros hasta 20.200, tu tipo impositivo será del 24%.
  • Tercer tramo: si ganas entre 20.200 euros hasta 35.000, tu tipo impositivo será del 30%.
  • Cuarto tramo: si ganas desde 35.200 euros hasta 60.000 euros tu tipo impositivo será del 37%.
  • Quinto tramo: si ganas desde 60.000 euros hasta 300.000 euros, tu tipo impositivo será del 45%.
  • Sexto tramo: si ganas más de 300.000 euros, tu tipo impositivo será del 47%.

Por lo tanto, si al estar en situación de pluriactividad tu tramo de IRPF es mayor, pagarás más impuestos porque también estarás ganando más dinero.


Características de los contratos a tiempo parcial.

Seguro has oído hablar de este tipo de contrato, pero… ¿conoces todas sus condiciones? Es importante que las entiendas así que te las enseñamos detalladamente en este artículo.

Existen varios tipos de contrato para formalizar una relación trabajador-empresa. Uno de estos contratos son los contratos a tiempo parcial. Si quieres saber sus características y los diferentes tipos que hay, quédate a leer este post. 

¿Qué son los contratos a tiempo parcial?

Un contrato de trabajo a tiempo parcial es aquel que acuerda una empresa con un trabajador, en el que el trabajador desempeña un trabajo en la empresa con una duración de horas menor a las establecidas en un contrato de jornada completa. Esta duración de horas puede ser menor en horas al día, a la semana o anuales. 

Un trabajador a tiempo completo trabaja 40 horas a la semana; un trabajador con contrato a tiempo parcial trabajará menos de 40 horas a la semana. Un ejemplo sencillo es que el empleado realice su función durante 6 horas al día, 5 días a la semana, es decir, una jornada semanal de trabajo de 30 horas.

Características del contrato a tiempo parcial.

  • El trabajador no puede realizar horas extraordinarias, con la excepción de circunstancias extraordinarias que requieran de la realización de más horas de trabajo por parte del trabajador.
  • Sí es posible realizar horas complementarias siempre y cuando estén pactadas con anterioridad entre el trabajador y la empresa. Para ello se deben cumplir una serie de condiciones:
    • Que el contrato sea indefinido.
    • Que sea una cantidad de horas menor al 15% de las horas marcadas en el contrato.
    • Que el trabajador pueda renunciar pasado un año desde el inicio del del contrato.
    • La empresa debe avisar como mínimo con una semana de antelación al trabajador sobre los días y horas que va a realizar de manera extraordinaria.
  • Los trabajadores con este tipo de contrato tienen los mismos derechos que un trabajador a tiempo completo.
  • En el caso de que la empresa quiera hacer un contrato a tiempo completo, no puede imponerlo al trabajador y este lo puede rechazar.

Tipos de contratos a tiempo parcial.

Como en la mayoría de contratos, los tipos que existen son dos:

  • Contrato temporal, con una duración determinada.
  • Contrato indefinido, sin una fecha de finalización concreta. 

Ventajas del contrato a tiempo parcial.

El contrato a tiempo parcial tiene varias ventajas, tanto para el trabajador como para la empresa:

  • El trabajador puede compaginar un trabajo a tiempo parcial con otros trabajosestudios o con la conciliación familiar.
  • El trabajador tiene menos responsabilidad con respecto a un compañero que está a jornada completa.
  • El trabajador puede adquirir experiencia a un ritmo más pausado, lo que puede llegar a tener un mejor aprendizaje y un mejor conocimiento de los procedimientos de su puesto de trabajo.
  • La empresapuede optar a incluir a una persona para un puesto de trabajo que no necesita de una persona a tiempo completo, lo que ayuda a cubrir un puesto con menos gastos.
  • La empresa, a la hora de realizar recortes por problemas en la producción o económicos, puede optar por reducir la jornada de trabajo a un trabajador en vez de tener que despedirlo
  • La contratación es más sencilla para la empresa por lo que puede haber una mayor rotación del personal, cosa que trae nuevas ideas y nuevas maneras de resolver los problemas.

Los contratos a tiempo parcial son de los más usados en España debido a los beneficios que tiene para las dos partes. Esperamos que después de leer este post conozcas más sobre esta tipología. 


Margen bruto: concepto y cómo calcularlo.

Aprende a calcular la rentabilidad de tu empresa con los sencillos pasos que te explicamos a continuación. ¡Es muy fácil!

¿Quieres saber qué tan rentable es tu empresa? El margen bruto es aquel indicador que mide los beneficios, o mejor dicho los ingresos, que tiene un negocio. Si te interesa saber más del margen bruto y de qué manera calcularlo, ¡sigue leyendo!

¿Cuál es el margen bruto?

El margen bruto es el valor que indica el nivel de utilidad que tiene una empresa, es decir, sus ingresos, a pesar de los gastos que tenga que cubrir. Este indicador representa la rentabilidad financiera de una entidad.

El margen bruto o de beneficio se suele representar en porcentaje y se trata de la relación de los ingresos totales por las ventas. Si el porcentaje del margen es mayor, esto quiere decir que la gestión de la empresa es más efectiva y podrá solventar de mejor forma sus gastos de salarios y alquiler, por mencionar algunos ejemplos.

Este porcentaje permite visualizar tendencias en ciertos periodos de tiempo y tomar mejores decisiones al momento de invertir. En resumen, funciona como una herramienta de análisis.

Es importante destacar que el margen bruto juega un papel muy importante en el estado de resultados, el cual permite tener un vistazo rápido de los gastos más relevantes de una empresa.

Margen bruto vs margen neto.

Es común confundir el margen bruto con el margen neto, pero existen algunas diferencias puntuales. 

  • Por un lado, el margen bruto es el resultado de quitarle el coste al precio de venta.
  • Por otro lado, el margen neto, también llamado margen de beneficio, es restarle los impuestos, los costes fijos y gastos operativos al margen bruto.

Fórmula para calcular el margen bruto.

Este porcentaje se obtiene haciendo la siguiente operación:

Margen bruto = Beneficio bruto / ingresos brutos * 100

Los ingresos brutos son la totalidad económica que tiene una empresa por la venta de sus productos o servicios. Asimismo, el beneficio bruto son las ganancias que tiene una empresa después de haber restado cada uno de sus costes, por ejemplo los que corresponden a la fabricación. Para obtener el resultado en porcentaje que la relación de los valores se multipliquen por 100.

Una forma efectiva de elevar tu margen bruto es obtener un inventario de bajo coste. Por ejemplo aprovechar la temporada de descuentos para que el margen aumente y los costes disminuyan.

Como hemos mencionado, el margen bruto es una herramienta de análisis y, además de servirle a la empresa, funciona como indicador para los inversionistas con el fin de que conozcan de qué manera utiliza el dinero la compañía y comparar los mercados entre sí. En otras palabras, con este resultado los inversionistas determinan lo que podría suceder a futuro según los resultados actuales de la compañía.

Como te diste cuenta, el margen bruto contribuye a la toma de decisiones, tanto de manera interna como externa, principalmente, determina la forma en cómo gestiona una empresa cada uno de sus beneficios económicos.


¿Cuáles son las características de un centro de trabajo?

¿Sabías que los «centros de trabajo» y los «lugares de trabajo» no son lo mismo? Te contamos eso y más en este artículo, ¡sigue leyendo!

En el mundo empresarial uno de los conceptos más importantes es el de ‘centro de trabajo’, ya que está ligado a una serie de condiciones que hay que notificar, por ley, ante la autoridad laboral. Y tú, ¿sabes lo que es un centro de trabajo? En este post te damos las claves para que lo identifiques, así que lee con atención. 

¿Qué es un centro de trabajo?

La definición de ‘centro de trabajo está recogida en el artículo 5 del Estatuto de los Trabajadores, y es la siguiente: ‘aquella unidad productiva con organización específica, que sea dada de alta, como tal, ante la autoridad laboral’. 

Hay que tener en cuenta que el concepto de ‘centro de trabajo’ es jurídico, y por lo tanto denota la idea de unidad de producción: se refiere al ámbito en que se trabaja coordinadamente, a una organización de trabajo con un propósito empresarial.

Por eso no hay que confundir el centro de trabajo con el concepto de ‘lugar de trabajo’. El lugar de trabajo es el sitio físico en el que el empleado de una empresa desarrolla sus tareas. Aunque, por norma general, tanto el centro de trabajo suele coincidir con el lugar de trabajo, esto puede no ser así. 

Algunos ejemplos de centros de trabajo son empresas, hoteles, o en el caso de algunos autónomos que desarrollan actividades profesionales en domicilios particulares. 

Características para que un centro de trabajo sea considerado como tal.

A partir de la definición que aporta el Estatuto de los Trabajadores podemos deducir que hay 3 características que todo centro de trabajo debe cumplir para ser considerado como tal: ser una unidad productiva, contar con una organización específica, y estar dado de alta. Pasemos a verlas una por una: 

  • En primer lugar, un centro de trabajo debe asumir una fase de la actividad que desarrolla una empresa de forma total o parcial. Es decir, que debe ser una unidad productiva dentro de la empresa donde los empleados desarrollen una parte del trabajo necesario para hacerla funcionar, bien diferenciada de las demás desde el punto de vista funcional (ya que cada centro de trabajo desarrolla un conjunto diferente de tareas) o desde el punto de vista geográfico (porque cada centro de trabajo atiende a un sector acotado del mercado). Por lo tanto, esta característica implica autonomía técnica.
  • En segundo lugar, un centro de trabajo también debe contemplar la organización de funciones de sus unidades productivas: o sea, que debe contar con un organigrama del personal y una distribución de funciones propia de las unidades productivas. Esta segunda característica implica, pues, autonomía organizativa. 
  • En tercer lugar, un centro de trabajo debe estar dado de alta, efectivamente, como centro de trabajo ante la autoridad laboral de su Comunidad Autónoma. 

Cabe destacar que la apertura de un centro de trabajo en España no requiere de autorización administrativa, sino que basta con una comunicación de su apertura previa, o en los 30 días siguientes, a la autoridad laboral. De no hacerlo, el empresario puede ser sancionado con multas que superan, en ocasiones, los 600 euros. 

Por último, es importante mencionar que el centro de trabajo debería contar con un seguro. Este debería ser el adecuado y adaptado a la actividad que se desarrolle. El motivo es sencillo: estar cubierto ante imprevistos que puedan surgir. Este tipo de seguros actúan en varios frentes: tanto en la propia edificación donde están las instalaciones, por ejemplo, si en ellas se produce un incendio, robos, o daños causados por el agua, así como sobre la producción o prestación de servicios. Por ejemplo, este tipo de seguros actúan ante un tercero que acude a las instalaciones y tiene un incidente (se resbala y se fractura una pierna), así como con los propios trabajadores. Como ves, en un centro de trabajo es importante contar con este tipo de seguros para garantizar la tranquilidad de la empresa de estar asegurados frente a cualquier imprevisto.


Artículos recopilados por Niklauss.

Fuente: Autónomos y Pymes

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