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(Por Ana Hidalgo | Terapia de pareja)



[EMPATÍA] Ejercicios para desarrollarla.

Empatía y su desarrollo en adultos.

Ejercicios de empatía para adultos.

Autora: Ana Hidalgo

En ocasiones, los psicólogos olvidamos hablar de la empatía y su desarrollo en adultos. Tendemos a resaltar sus beneficios o cómo fomentarla en la infancia, pero ¿es posible desarrollar la empatía si ya eres adulto? En tal caso, ¿qué ejercicios podrían realizarse?

Vayamos paso a paso.

Qué es la empatía.

Ya en otros artículos en los que he hablado sobre inteligencia emocional hemos puesto de manifiesto que uno de sus componentes es la empatía. Concretamente, es uno de los componentes que se relaciona con lo que se conoce como inteligencia interpersonal. Es decir, te permitirá identificar, conocer e interpretar mejor las emociones e intenciones de otras personas.

Si te gustan las definiciones más técnicas, el diccionario de la RAE nos señala dos acepciones: para la empatía:

  1. “Sentimiento de identificación con algo o alguien”.
  2. “Capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos”.

Es decir, la empatía es la capacidad de ponernos en el lugar del otro. Bajo mi punto de vista, todos tenemos empatía, de hecho, es fundamental para la comunicación.

Ahora bien, no todos la tenemos igual de desarrollada ni la aplicamos con igual dedicación en todos los momentos.

Debemos tener en cuenta que la empatía se adquiere con la interacción social. Aprendemos a identificar expresiones y comportamientos propios y ajenos precisamente gracias a esa interacción.

Por eso, si nuestras interacciones sociales han sido escasas o deficitarias, es probable que no la hayamos desarrollado adecuadamente.

Ahora bien, como veremos, nuestra empatía puede seguir desarrollándose a lo largo de toda nuestra vida.

Conceptos que suelen confundirse con la empatía.

Empatía frente a simpatía.

Aunque puedan sonar parecidas, la empatía no consiste en tener simpatía hacia los demás. Alguien puede caernos bien, resultarnos simpáticos, pero eso no quiere decir que le entendamos o sepamos ponernos en su lugar.

Es decir, la simpatía no nos conecta con el sentir emocional de esa persona. Sin embargo, la empatía nos lleva a acompañar en el sentimiento a otras personas.

Empatía frente a compasión.

Si bien no puede haber compasión sin cierta empatía, ambos conceptos son distintos.

La compasión supone un acercamiento al dolor de la otra persona que nos empuja a querer ayudarlo. Sin embargo, la empatía supone un acercamiento a la emoción que experimente la otra persona y no necesariamente implica ayudarle.

Empatía frente a intuición.

Pese a algunas creencias populares, una investigación realizada por la APA (American Psychological Association) señala que la empatía requiere de un proceso reflexivo sobre el estado emocional de otros, y no una mera intuición.

Además, no basta con entender lo que otro siente, la empatía supone también actuar en consecuencia con lo que el otro siente.

Por qué es importante tener empatía.

La capacidad de ser empático conlleva una serie de ventajas sociales que no deben descuidarse. Entre ellas:

  • Facilita la comunicación y el entendimiento entre personas.
  • Mejora el liderazgo, persuasión y motivación hacia los demás.
  • Contribuye a la resolución y evitación de conflictos.
  • Aumenta la conexión con otras personas.
  • Nos ayuda a ser justos y no prejuzgar.
  • Favorece el desahogo y entendimiento emocional de otros.
  • Mejora la autoestima y estimula la curiosidad y el aprendizaje.
  • Transmite generosidad.

Cuántos tipos de empatía hay.

Sin detenernos demasiado en este aspecto, comentar que el reconocido psicólogo Daniel Goleman diferencia tres tipos de empatía.

  • Cognitiva: centrada en comprender cómo se sienten los demás y qué pueden estar pensando en un momento dado.
  • Emocional: centrada en sentir y acompañar a los demás en sus sentimientos.
  • Compasiva: supone identificar y sentir las emociones de los demás (aúna las dos anteriores) y nos empuja a actuar en consecuencia, a preocuparnos por los demás.

Además de estos tres tipos de empatía, quiero señalar otra cuarta forma de empatía, que es la que solemos emplear los psicólogos. Me estoy refiriendo a la ecpatía.

Con la ecpatía somos capaces de identificar, comprender y sentir los sentimientos de otros, sin vernos arrastrados por sus emociones. Al fin y al cabo, es una estrategia que nos permite impedir la “fatiga por compasión”, pues para ayudar a otros necesitamos entender lo que los sucede sin que ello nos devore o arrastre.

Empatía y su desarrollo en adultos.

Si la empatía es una capacidad que todos los seres humanos podemos experimentar, eso quiere decir 2 cosas importantes: Por un lado, es algo que adquirimos y con lo que no nacemos, y por otro, es algo que puede entrenarse.

Pese a ser algo que adquirimos por interacción social, todos nosotros tenemos cierto grado de empatía. Al fin y al cabo, nacemos inmaduros y necesitamos de contacto y cuidado de otros para crecer y desarrollarnos.

No obstante, existen ciertos factores que pueden influir en su desarrollo. Por ejemplo, el estilo de crianza recibida o incluso, ciertos problemas neurológicos.

Es por eso que no todos tenemos igual grado de desarrollo de esta capacidad, pues cada persona tiene experiencias propias.

Ahora bien, dado que puede entrenarse, ¿qué tal si vemos cómo desarrollar esta capacidad en adultos?

Ejercicios de empatía para adultos.

La empatía y su desarrollo en adultos requiere de tres fases básicas: identificar, concretar y profundizar en las emociones.

Ejercicios de empatía para identificar emociones:

Sin palabras:

Estos ejercicios consisten en entender las pistas emocionales que nos da el lenguaje no verbal.

Para ello puedes quitarle el sonido a una película y tratar de entenderla solamente con lo que los gestos, miradas y posturas de sus protagonistas te van mostrando.

También, puedes distraerte en el metro, o por la calle, tratando de averiguar qué piensan o sienten las personas con las que te cruzas. De esta manera, irás aprendiendo a fijarte en detalles que antes no mirabas.

Otro buen ejercicio para el desarrollo de la empatía consiste en mirar antiguas fotos fijándote en sus detalles. Mira más allá del recuerdo que puedas tener de ese día. Observa la distancia y postura entre las personas que aparecen, los colores de sus ropas, sus expresiones faciales…

Descubrirás que revelamos más de lo que nos pensamos.

Con palabras:

En esta ocasión practicarás todo lo contrario, la escucha activa, aunque ahora sólo de la parte verbal.

Fíjate en la cadencia de su voz, el ritmo, el tono… Verás que todos estos detalles comunican incluso más que las propias palabras. Te dejo aquí un artículo sobre ello para que puedas profundizar un poco más.

Ejercicios de empatía para concretar emociones:

En esta ocasión se trata de cerciorarnos de lo que está pasando.

Para ello, cuando estés con alguien, interésate de verdad en esa persona. Deja que se exprese sin interrumpir para dar tu opinión, permite que exprese lo que piensa y sienta durante un tiempo.

No juzgues, tan sólo escucha y céntrate en su lengua verbal y no verbal. Si al finalizar su discurso necesitas alguna aclaración, pregunta de forma amable y respetuosa, mostrando interés genuino por conocer más. Nada de críticas ni juicios.

Ejercicios de empatía para profundizar en las emociones:

Toma la información que has recabado hasta el momento y reflexiona sobre ella.

Plantéate cómo construye su realidad (qué experiencias le han llevado a tener esas necesidades, creencias o valores). Reflexiona sobre cómo ha llegado a sus conclusiones, y cómo pueden afectarle dichas conclusiones, a qué pensamientos y conductas le llevan…

Cambia ahora el foco de atención y sumérgete en ti. Ten en cuenta que entendemos lo que reconocemos en nosotros mismos. Por eso, busca emociones, actitudes o comportamientos tuyos que puedan ser similares.

Plantéate cómo solías hablar, actuar o pensar cuando sentías esas emociones que está experimentando la otra persona.

Cómo aplicar esto a personas con las que no empatizamos.

Si bien la práctica te hará maestro en empatía, te dejo un ejemplo práctico para que te sirva de guía. Comencemos:

  1. Escribe el nombre de esta persona y la relación que tiene contigo.

De este modo te será más fácil visualizarlo. Es más sencillo comprender a alguien a alguien que tienes presente.

Por ejemplo, Marisa es la madre de una amiga de mi hija.

  1. Describe aquellas situaciones en las que te resulta difícil tener empatía con esta persona.

Explica brevemente sus actitudes, comportamientos, comentarios…

Por ejemplo, Marisa critica constantemente a las otras mamás y a las profesoras del centro. Habla levantando la voz, señala con el dedo en forma amenazante y se expresa de forma despectiva al referirse a los demás.

  1. Reflexiona sobre cómo te afecta esa situación.

Describe tus reacciones, comportamientos, pensamientos y emociones al respecto.

Por ejemplo, me hace sentir mal porque no muestra respeto hacia otros. Además, me incomoda la violencia verbal que manifiesta.

  1. Recapacita sobre las posibles hipótesis de por qué la otra persona puede estar actuando así y parafrasea su mensaje.

Por ejemplo, puede que Marisa se sienta desplazada o no aceptada por las otras mamás, puede que se sienta cierta amenaza o juzgada ante las bajas calificaciones de su hija.

  1. Parafrasea su mensaje.

Para asegurarnos que estamos interpretando bien su mensaje te animo a que lo digas en voz alta, a modo de resumen, incorporando la emoción que crees siente esa persona.

Por ejemplo: si te he entendido bien, Marisa, estás enfadada porque algunas madres…

  1. Reflexiona sobre emociones o comportamientos tuyos que puedan ser similares a los de esta persona.

¿En qué situaciones actúas de esa forma?, ¿a qué crees que se debe?, ¿cómo te sientes en esos momentos?

Ejemplo: cuando creo que mi expareja me quiere hacer de menos levanto la voz porque siento que se pone en entredicho mi valía o que quiere manipularme.

  1. Adopta la forma de construir la realidad de la otra persona y conecta con sus emociones profundas.

Por ejemplo: creo que Marisa piensa que la vamos a hacer de menos o no vamos a tener en cuenta su punto de vista. Quizás Marisa sienta que se cuestiona su valía o se valore mal a sí misma.

  1. Reflexiona sobre cómo crees que te sentirías tú si te sintieras como esa persona y cómo te gustaría que actuasen contigo.

Por ejemplo: creo que si yo me sintiera menos preciada o dudara de mis capacidades me sentiría mal con el mundo y mal conmigo misma y trataría de hacerme notar. En tal caso, me gustaría saber que mi opinión y punto de vista se tiene en cuenta tanto como el de otros.

Conclusiones.

El desarrollo de la empatía es un proceso que dura toda la vida, se va aprendiendo con las experiencias.

Aunque todos tenemos empatías, no todos la hemos desarrollado en igual medida. Es más, incluso nosotros mismos no siempre la aplicamos por igual.

En algunas ocasiones sacamos un lado más empático que en otras, pues sólo podemos empatizar con aquello que nos resulta familiar.

Desarrollar nuestra empatía es posible incluso en la edad adulta, aunque requiere de esfuerzo y constancia.

Autora: Ana M. HIDALGO.

Fuente: https://terapiaconana.com/blog/empatiadesarrollo/


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#Top10Salud – «Quemar el último cartucho de la relación». #CatSegurosSalud #Psicologia

(Por Ana Hidalgo | Terapia de pareja)



Extracto del artículo (enlace al origen):

¿Debo separarme o no durante el confinamiento?

Autora: Ana Hidalgo

Si te planteas si merece la pena quemar el último cartucho de la relación durante el confinamiento, o tirar ya la toalla, lee antes este artículo.

Algunas personas me han preguntado:

  • Ana, ¿debo separarme o no durante el confinamiento? El confinamiento ha dejado en pausa la decisión de separarnos.

Lo cierto es que la respuesta no es tan sencilla. Depende, por ejemplo, de si la convivencia es posible, si hay otras personas implicadas, si hay abusos o maltratos …

Ahora bien, sin llegar a extremos, si tu relación de pareja no iba bien antes del confinamiento y tenías dudas sobre la misma, quizás quieras esperar a que la pandemia pase para plantear un divorcio o una separación. Al fin y al cabo, las decisiones que se toman bajo situaciones de estrés pueden no estar bien analizadas.

Por eso, si este es tu caso, ¿qué tal aprovechar este tiempo para quemar el último cartucho de la relación?

Si estás pensando hacerlo, antes debes conocer estos tres aspectos para hacerlo bien.

3 pasos para quemar el último cartucho de la relación de forma efectiva.

Como sabes, aguantar por aguantar en una relación no tiene lógica.

Aguantar supone resignación, sufrimiento, irritación, frustración… Es decir, aguantar sin más al fin del confinamiento sólo supondría permanecer en una situación disfuncional sin cambiarla.

Es por eso que, para que realmente saques algo positivo de este tiempo, te propongo quemar el último cartucho de la relación partiendo de una idea clave: las cosas no cambian por sí solas, hay que movilizarse.

Esto es, hay que decidirse a hacer cambios, por pequeños que sean, y tratar de darle un último empujón.

1: Concienciarse y movilizarse para el cambio.

Para ello, puedes plantearte: ¿qué voy a hacer durante el confinamiento para cambiar las cosas?

Por eso, el primer paso, es que te comprometas contigo mismo/a a intentarlo, aunque sea por última vez.

Ojo, esto no garantiza que la situación entre vosotros mejore, simplemente te ayudará a no quedarte con la sensación de que te faltó algo por hacer.

Así, si realmente quieres quemar el último cartucho de la relación, sentirás que lo intentaste de verdad.

2: Escuchar al refranero.

En Italia se dice eso de: “piano, piano si arriva lontano”. Aquí, en España, decimos que “despacito y con buena letra” o también:  “quien mucho abarca, poco aprieta”.

En cualquier caso, el mensaje es el mismo: yendo despacio se llega más lejos que queriendo ir rápido y abarcando más de la cuenta.

Al igual que tu relación de pareja no se ha roto de un día para otro, sino que ha sido la suma de pequeños pasos en un proceso, es importante asumir que, para solucionarlo, también os llevará un tiempo.

Esto, ineludiblemente nos lleva a mantener cierto grado de dolor mientras la herida cura. Por eso, recuerda que “no hay mal que cien años dure”.

No obstante, como no queremos aguantar sin más, y ya te has concienciado de la importancia de movilizarte, vamos a hacerlo poquito a poco.

Por eso, recuerda que, la idea no es evitar todo el dolor, sino hacer algo pequeño que puedas tolerar.

Para ello, te animo a hacerte una pregunta: ¿qué va bien y qué va mal en la relación?

Obviamente, si quieres quemar el último cartucho de la relación, sigue manteniendo lo que va bien. Como sabes, no necesitas reinventar la rueda.

Ahora bien, lo que sí puedes hacer es comenzar a avanzar poco a poco sobre lo que va mal.

Busca un área que quieras mejorar y lánzate a ella despacito, a pequeños pasos.

Por ejemplo, para quemar el último cartucho de la relación cuando la comunicación está dañada, puedes empezar por esta área.

Por el momento da un paso pequeño, es decir, evita los temas que sean conflictivos. En lugar de esto, refuerza la comunicación en otras áreas más fáciles de manejar. Por ejemplo, hablando de aspectos que sí funcionan, cosas cotidianas, sueños…

De esta manera, iréis mejorando vuestra comunicación poco a poco y sin grandes sufrimientos.

3: Innovar para desbloquear

Como decimos, para quemar el último cartucho de la relación hay que estar dispuestos a que haya movimiento.

Ahora bien, no se trata de repetir los mismos roles, actitudes y tareas que ya has comprobado mil veces que no funcionan.

En lugar de eso, trata de innovar con alguna pequeña decisión.

Puede que te funcione, y puede que no, pero al menos no caerás en el mismo círculo vicioso que os tenía atrapados.

Por ejemplo, comienza a resaltar los aspectos que te gustan de tu pareja o de vuestra relación.

Recuerda también que una muy buena opción puede ser acudir a un especialista en terapia de pareja.

Contar con alguien externo a vosotros os ayudará a ganar perspectiva de lo que está pasando, además de mostraros distintas pautas y estrategias de acción.


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Cómo vencer el bloqueo emocional (por Ana Hidalgo). @TerapiaconAna #Psiocologa #Salud #MenteSana #CatSalut @CatSeguros #Consejos #CatSegurosSalud #MejoraContinua



El Artículo (enlace directo al original).

¿Qué es en realidad el bloqueo mental o emocional?

El bloqueo mental y el bloqueo emocional, si bien tienen matices distintos, coloquialmente tienden a usarse como sinónimos.

Generalmente cuando una emoción nos desborda, no conseguimos identificarla, entenderla o gestionarla, podría decirse que tenemos un bloqueo emocional.

Cuando esto ocurre, cuerpo, mente y conducta se ven frenados e igualmente paralizados.

Por ejemplo, no sabemos empezar, continuar o finalizar algunas conductas. De ahí que se hable de bloqueo mental.

Sin embargo, pese a lo incómodo y desagradable que puede resultarnos, este obstáculo cerebral tiene una finalidad: nos está obligando a bajar el ritmo y reflexionar sobre algo que desconocemos, para poder entenderlo y asimilarlo mejor.

Es precisamente por eso por lo que se dice que el bloqueo emocional o mental es un mecanismo de defensa.

Así, ante una situación con alto impacto emocional (por ejemplo, una ruptura sentimental, una muerte, un suceso traumático…) nuestra mente puede poner en marcha este mecanismo para darnos tiempo a entender lo sucedido y asimilarlo. De esta manera, trata de protegernos ante el dolor.

Sin embargo, si el bloqueo emocional se mantiene por mucho tiempo, puede ser peligroso para nosotros.

De hecho, pueden dejarnos anclados en el pasado o en situaciones actuales que nos perjudican. Por ejemplo, cuando no podemos olvidar a nuestra expareja o nos aferra a un trabajo que nos hace infelices.

Veámoslo un poco más de cerca…

En ocasiones, nuestra mente bloqueada “rebobina” constantemente un hecho a fin de analizarlo mejor, con más detalle.

Al gastar energía en ello, le cuesta pensar en otras cuestiones, tomar decisiones, proseguir la vida…

De ahí que en más de una ocasión cuando realizo terapia, escuche eso de:

  • “No paro de revivir lo sucedido”.
  • “Estoy bloqueado, no sé cómo seguir con mi vida”
  • “No tiene sentido, sé lo que ha pasado, pero no dejo de darle vueltas”.

Otras veces, nuestro bloqueo mental hace que nuestras emociones se congelen. Así, es frecuente escuchar eso de:

  • “Desde hace un tiempo, es como si las cosas que pasan alrededor ya no me importasen”
  • “Antes quería hacer cambios, pero no encuentra fuerzas ni ánimo para hacerlo, ya no me ilusiona como antes”.

¿Qué síntomas son los más comunes?

Ante el bloqueo emocional con frecuencia experimentamos síntomas físicos, psicológicos y/o conductuales.

Por ejemplo, genera en nosotros sufrimiento, pérdida de energía, indefensión, insatisfacción, miedo, ansiedad, irritabilidad …

Al mismo tiempo (de forma más o menos marcada), puede ir acompañado de síntomas físicos. Entre los más comunes: dolor de cabeza, estomacales, musculares, agotamiento físico, infecciones…

En cuanto a cómo afecta el bloqueo a nuestras conductas, podemos destacar: evitación de actividades y procrastinación, cambios de hábitos de sueño y alimentación, aislamiento social, malhumor, adicciones, conductas de riesgo…

Por qué me cuesta avanzar

Si bien ya hemos comentado que vivir una situación emocionalmente intensa puede bloquearnos, lo cierto es que el bloqueo emocional puede tener causas muy diversas.

Algunos factores predisponentes que pueden generar este cortocircuito o bloqueo mental pueden ser:

  • Una autoestima debilitada. El miedo a no ser capaz, al qué dirán, a arrepentirse, a cometer fallos… son temores usuales que cuestionan nuestra propia valía. Como consecuencia, nos dejan anclados en situaciones que no nos son favorables y de las que nos cuesta salir.
  • Perfeccionismo y creencias erróneas del tipo todo o nada. En ocasiones pensamos que “todo” debe ser perfecto antes de embarcarse en algún cambio.
  • Ensoñaciones con alternativas “perfectas” en las que no haya pérdidas y sólo beneficios.
  • Rigidez de pensamiento y excesivo control. Algunas personas quieren poder controlarlo todo y, cuando algo escapa a su control quedan bloqueados y no saben cómo continuar.

Cómo vencer el bloqueo emocional

Si bien en Google puedes encontrar muchas ideas del tipo, relájate, toma distancia del problema, enfócalo bajo otra perspectiva…

Estas ideas pueden ayudar a desbloquearte, pero también pueden no hacerlo debido a que no todos los tipos de bloqueo son iguales.

Por eso, antes de nada, quiero mostrarte un paso previo que algunos olvidan: averiguar qué tipo de bloqueo tienes.

  • Paso 1: Analizar el problema: averiguar qué tipo de bloqueo emocional tienes.
  • Paso 2: busca la estrategia adecuada para tu caso.
  • Paso 3: ponte en marcha y muévete.

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Recuerda: “No nos falta el valor de emprender ciertas cosas porque sean difíciles, sino que son difíciles porque nos falta el valor para emprenderlas”.

(Séneca)


Qué hacer para vencer el miedo al fracaso. https://terapiaconana.com #Psicologia #Salud #Consejos @CatSeguros #CatSegurosSalud


“No nos falta el valor de emprender ciertas cosas porque sean difíciles, sino que son difíciles porque nos falta el valor para emprenderlas”.

(Séneca)



FUENTE – Autora: Ana Hidalgo.

(Enlace al artículo original).


Extracto del artículo:

¿Qué es el miedo?

Como sabes, el miedo es una emoción natural que nos protege en muchas ocasiones.

Si no tuviésemos miedo actuaríamos de forma maníaca, sin importarnos las consecuencias en ningún momento.

Por ejemplo, cruzando la autovía en plena hora punta, a pie y sin mirar.

Por tanto, el miedo es una emoción que nos anuncia que podemos perder algo importante si no tenemos cuidado.

Dado que es algo intrínseco a nosotros, y además adaptativo, no sólo no podemos eliminarlo de nuestra vida, sino que sería contraproducente.

Ahora bien, no siempre que experimentamos miedo se debe a un peligro real, o de las dimensiones que imaginamos.

De ahí, que sea importante aprender a manejarlo y diferenciar cuándo es o no adaptativo.

¿Cómo reaccionamos ante el miedo?

Existen tres mecanismos de defensa básicos ante el miedo: atacar, huir o paralizarse.

Pongamos un ejemplo sencillo:

En las escuelas algunos niños insultan al niño/a que les gusta porque no saben cómo manejar la situación. Esto es: atacan.

Otros disimulan, o se cambian de acera por temor a cruzar una mirada. Es decir, huyen.

Y otros se quedan en blanco, incapaces de decir una simple palabra como “hola”. Se paralizan.

¿Por qué sucede esto?

Porque cuando tenemos una emoción intensa, se activa nuestro “cerebro de reptil”, más primitivo, mientras que pasa a un “estado de letargo” nuestro “cerebro mamífero”, que es el encargado de los pensamientos más complejos.

Es decir, prima la supervivencia al razonamiento.

¿Cómo influyen estos mecanismos ante el miedo al fracaso?

Si buscamos en el diccionario la palabra fracaso veremos que lo definen como malogro, resultado adverso, suceso lastimoso…

Sin embargo, la definición de fracaso es algo muy personal, cada uno tiene la suya propia.

Generalmente el miedo al fracaso nos habla del miedo a lo desconocido, a lo que pueda venir.

Dado que el futuro es incierto, revisamos nuestras experiencias y conocimientos sobre situaciones similares a fin de esclarecerlo.

Cuantas más experiencias positivas tengamos al respecto, más probable es que la situación la sintamos como cotidiana y poco peligrosa.

Es decir, más probabilidad de enfrentarnos a ella (atacar) tendremos, pese a sentir cierta incertidumbre al respecto.

Sin embargo, cuando tenemos experiencias negativas o no tenemos suficientes experiencias, nuestra mente tratará de predecir lo que va a ocurrir valiéndose de nuestras creencias.

El problema aquí reside en que nuestras creencias vienen determinadas, en gran medida, por nuestra cultura, educación, supersticiones…

Es decir, en muchas ocasiones percibimos nuestras posibilidades de éxito o fracaso conforme a nuestras creencias.

En psicología, cuando tenemos pensamientos o creencias que en lugar de sumar nos restan hablamos de distorsiones cognitivas.

Las distorsiones cognitivas nos hacen interpretar los hechos de forma errónea y nos impiden desarrollar nuestra autoestima.

Por ejemplo, podemos creer erróneamente que:

  • Me miran porque estoy haciendo el ridículo.
  • No se puede triunfar si ya tienes cierta edad.
  • Nunca alguien como yo podría lograrlo.

Cuando estas creencias limitantes entran en juego, el miedo al fracaso irá creciendo. En estos casos es muy probable que huyamos de aquello que nos asusta o nos paralicemos.

Qué podemos hacer para vender el miedo al fracaso.

  • Define tus miedos.
  • Encuentra tus creencias limitantes.
  • Conoce tu propia definición de fracaso.
  • Mira el fracaso como lo que es, ni más ni menos.
  • El vértigo viene de una mala postura.
  • La cagué, ¿y qué?

(Leer más…)


(Derechos de edición y para compartir solicitados a la Autora: Ana HIDALGO)

Comentario @CatSeguros By ©® Nyklauss:

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Como afrontar una Crisis Existencial y Encontrarle sentido a la Vida. @MillonEnLinea #Salud #Psicologia #AyudaMedica #SegurosDeSalud #Consejos @CatSeguros #CatSegurosSalud

Pie de Vídeo por el creador: Millonarios en Linea:

Nuestra existencia aunque en ocasiones parece tranquila y con un camino firme y decidido, en verdad es una sucesión de cambios constantes. Esta repleta de subidas y bajadas, de retos y decepciones, de alegrías y tristezas. Subimos pendientes con ilusión y también nos caemos por toboganes aterradores que nos llevan a lugares donde no podemos caer más bajo. Y es ahí, donde aparece la crisis existencial.

La persona que sufre un problema existencial se siente completamente perdida, sin referencias fiables donde apoyarse y no sabe que camino tomar en la vida.

Bien, vamos a ver si podemos poner nuestro granito de arena y saber de que va todo esto.

Desde @CatSeguros nuestro apoyo.

Si eres una de esas muchas personas que necesitas este tipo de ayuda emocional y psicológica; una ayuda -también a tu cartera- es que no tengas que pagar de tu bolsillo la totalidad del coste de un tratamiento médico completo de este estilo; entre otros motivos, porque implica muchas visitas de ayuda y seguimiento.


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5 cosas a las que debes renunciar … ¡Ahora mismo! #Consejos #Salud #Psicologia @CatSeguros #CatSegurosConsejos #CatSalut #SegurosDeSalud #MejoraContinua


1.- Tratar de complacer a todo el mundo.

2.- Temer al cambio.

3.- Vivir del pasado.

4.- Subestimarte.

5.- Pensar de más.


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