
El artículo (Crédito y Caución – 07/Feb/2020):











‘Annus horribilis’ en el mercado laboral español. Es el balance de un 2019 que ha dejado los peores registros de empleo desde los tiempos de la crisis económica. El frenazo es ya palpable en los datos de paro y afiliación, pero no se ha sufrido con la misma intensidad a lo largo del mapa. Mientras en algunas zonas se ha logrado generar puestos de trabajo netos, aunque sean menos que un año antes, en otras el batacazo se ha traducido directamente en más personas apuntadas en las oficinas del Sepe (el antiguo Inem) que hace doce meses. Y en varias incluso se ha producido una destrucción real de empleo (más parados y desplome de afiliados). En definitiva, el diagnóstico del análisis pormenorizado de las cifras dadas a conocer ayer por el Gobierno en funciones es preocupante.
Quince provincias tiñen de rojo un tercio del mapa español. La mayoría de ellas concentradas en zonas del interior, en la Submeseta Sur, pero también en áreas específicas del Norte, en los dos archipiélagos e incluso en la capital, centro neurálgico de negocios y motor económico nacional tras desbancar a Cataluña. En estas áreas la desaceleración del mercado laboral se ha traducido directamente en más personas en el paro si se analiza la evolución interanual (diciembre de 2019 sobre el mismo mes de 2018), eliminando así las distorsiones estacionales del mes a mes.
Mientras a nivel nacional España cerraba 2019 con 38.692 parados menos que un año antes –la menor reducción en un ejercicio desde 2012– en una quincena de provincias y en las dos ciudades autónomas (Ceuta y Melilla) saltaban las alarmas tras los datos que hizo públicos ayer el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. Sobre todo en Castilla La-Mancha, la comunidad autónoma más deprimida en términos laborales ,que ha registrado aumentos del paro en todas sus provincias respecto al cierre de 2018: 502 desempleados más en Albacete; 2.102 en Ciudad Real; 6 en Cuenca; 752 en Guadalajara; y 1.908 nuevos parados en Toledo.
Especialmente sangrante es el caso de Ciudad Real, donde además en diciembre se produjo una caída en términos de afiliación a la Seguridad Social de 655 personas respecto a un año antes. Esto implica una destrucción real de empleo, ya que el incremento del paro no se compensa con más cotizantes al sistema de las pensiones, como ocurre en otros casos. En consecuencia de la evolución provincial, la comunidad autónoma que preside el socialista Emiliano García-Page es la que registra el mayor aumento del desempleo en 2019, con 5.270 parados más en diciembre que doce meses antes.
Lo mismo que en la manchega Ciudad Real sucedió en la provincia andaluza de Jaén. Allí también se destruyó empleo en términos netos el año pasado, con 564 parados más y 1.786 afiliados menos. Otras dos provincias de Andalucía sumaron aspirantes a la cola del paro: Córdoba, con 81 parados más que a cierre de 2018, y Huelva, con 64 nuevas altas en el Sepe. Sin embargo, en la comparativa nacional, la comunidad autónoma que gobiernan en coalición el PP y Ciudadanos desde hace ahora un año es la que más ha reducido el paro en términos absolutos, con 10.833 desempleados menos. La región es responsable así del 30% de la caída del desempleo en toda España en 2019, si bien sigue siendo también la que más parados tiene (777.934 de un total de 3.163.605).
Llaman la atención los aumentos en el número de parados en la provincia de Baleares (1.243) y en Las Palmas (522) y Santa Cruz de Tenerife (712). Los dos destinos isleños españoles sufren el frenazo del turismo de ‘sol y playa’ debido en gran medida a la recuperación de los principales competidores del Mediterráneo. Y en ambos casos tiene especial incidencia la quiebra de Thomas Cook, que puso fin a unas de las principales rutas turísticas de la costa española. Baleares y Canarias son las dos comunidades autónomas en las que más subió el paro en 2019 (en 1.243 y 1.234 personas, respectivamente) después de Castilla-La Mancha.
La Comunidad Foral de Navarra es la cuarta en el ‘ranking’ autonómico de subidas del paro, con 356 desempleados más a cierre de 2019 sobre la cifra del año previo. Y después aparece Madrid, con un leve alza de 34 parados. También se observan incrementos de desempleados en las ciudades autónomas de Ceuta (22) y Melilla (1.164). Y en otra provincia, Castellón, que cerró el año pasado con 276 parados más que el anterior.
En el caso de la capital, la subida del paro es mínima, pero implica un estancamiento y cambio de signo en el ritmo de reducción que venía registrando en años anteriores. Si bien del otro lado del mercado laboral, la región madrileña lideró en 2019 el número de afiliaciones a la Seguridad Social, tanto en términos absolutos como relativos, al ganar 93.976 cotizantes el pasado año, lo que supone un incremento anual del 2,93 por ciento, por encima de la media nacional.
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De cualquier manera, los datos conocidos el viernes encendieron las alarmas en el mundo empresarial madrileño. Desde la patronal CEIM destacan que 2019 fue un año marcado «el incremento de los costes sociales, que no ha permitido crear suficiente empleo para que el paro disminuya de forma sensible». De cara al nuevo año, los empresarios tanto en Madrid como a nivel nacional en CEOE han mostrado una gran preocupación por las medidas anunciadas por la coalición progresista entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias y han advertido de que «podrían acelerar aún más el deterioro de la economía, afectando al empleo».
Y es que lo que hasta ahora se estaba tratando en las casas de análisis como simples señales de deterioro del mercado laboral a consecuencia del frenazo económico generalizado ha pasado a convertirse en una preocupación real por la subida del paro. Después de seis años de recuperación económica está por ver si los farolillos rojos que han empezado a encenderse en algunas zonas del mapa acaban por consolidar un cambio de tendencia.
El Fondo Monetario Internacional prevé que la economía crezca un 2,1% en 2019 y cree que la tasa de desempleo se quedará estancada en el entorno del 14%
La Noticia (Enlace al artículo original).
El Fondo Monetario Internacional (FMI) alerta de que la tasa de paro de España podría quedarse estancada en el entorno del 14%, según se desprende de sus proyecciones de primavera publicadas este martes. En medio de la ralentización generalizada en la zona euro, la institución solo rebaja una décima el crecimiento de la economía española para este año hasta el 2,1%, una décima menos de lo que prevén el Gobierno y el Banco de España. Y para 2020 la sitúa en el 1,9%. Con estos crecimientos, todavía por encima de los pronosticados para la media de la eurozona, cabría pensar que el desempleo bajaría más. Sin embargo, el organismo que dirige Christine Lagarde considera que ya casi se ha tocado suelo. El paro bajará del 15,3% al 14,2% este año. Pero al siguiente se quedará prácticamente igual: en el 14,1%. Después de seis años reduciendo el desempleo, la mejora se detendrá. Y, según se recoge en las tablas del FMI, permanecerá en torno a esos registros hasta 2024, cuando solo se habrá recortado hasta el 13,8%.
Estas cifras contrastan con la mayoría de las previsiones nacionales. Por ejemplo, el Banco de España espera que el paro descienda al 14,2% en 2019; al 13,2% en 2020 y al 12,3% en 2021. Y BBVA Research cree que disminuirá hasta el 13,9% en 2019 y el 12,8% en 2020. Y eso lo prevén con unas estimaciones de crecimiento muy parecidas a las del FMI.
Semejantes diferencias se deben fundamentalmente a tres razones. Por un lado, el Fondo prevé un incremento de la población en línea con la que ya ha sucedido en 2018 y con las que proyecta en los próximos años el INE. Además, el FMI cree que aumentará la tasa de participación, es decir, que más gente se pondrá a buscar un trabajo. Al haber por estos dos motivos más personas en el mercado laboral, aunque se cree empleo la tasa de paro permanecerá prácticamente estancada. Y un tercer motivo que asume el Fondo es que el paro ya se encuentra en España por debajo de su media histórica, la llamada tasa natural de desempleo. Y una vez la economía se encuentra por debajo de esa tasa, la creación de empleo tiende a ralentizarse.
El Fondo matiza, no obstante, que siempre resulta muy difícil hacer estos cálculos en una economía que ha experimentado cambios estructurales. En cualquier caso, el dato representa una seria advertencia sobre la necesidad de hacer más reformas en el mercado laboral si de verdad se quiere resolver el endémico mal del paro.
Pese a que se trata de unas previsiones globales, el FMI señala particularmente a España en varios puntos. En uno de ellos insiste en la necesidad de disciplina fiscal para poder afrontar unas hipotéticas vacas flacas: «En algunos países (Francia, Italia, España), deberían reconstruirse gradualmente colchones fiscales para evitar espirales adversas que se retroalimenten por el riesgo soberano y el bancario y para asegurar la estabilidad financiera», sostiene la institución con sede en Washington.
Y en otro de ellos ataca de nuevo por el mercado laboral y la excesiva polarización entre trabajadores indefinidos y temporales: «En España, los esfuerzos para reducir la dualidad del mercado de trabajo apoyarían la creación de empleo e incentivarían la inversión», reza el informe del Fondo.
Tras un discurso de la semana pasada, en una ronda de preguntas, Lagarde apuntó que los países tenían que hacer mucho más para mejorar la fuerza laboral. Aunque en muchos el desempleo estaba en mínimos, en algunos del sur de Europa seguían presentando unos niveles altísimos. E incluso podrían estar alcanzando su nivel de paro estructural, sentenció. Por ese motivo, la directora del Fondo subrayó que hay que hacer mucho más para formar a los trabajadores y prepararlos de cara a un futuro en el que, por ejemplo, la demanda de conocimientos en inteligencia artificial se disparará.
Que se llegue al nivel de paro estructural no es baladí. Significa que a partir de ahora esos países podrían estar incurriendo en algún desequilibrio macroeconómico para reducir los niveles de desempleo. En España, ahora mismo el gasto público está impulsando la economía a cambio de generar deuda. Las familias en 2018 gastaron en invirtieron por encima de lo que ingresaron por segundo año consecutivo. Y el superávit con el exterior se ha deteriorado con suma velocidad. Este es necesario para poder recortar la elevada deuda externa y es un termómetro de si se está alimentando otra burbuja. De momento, no hay problemas en tanto que gracias a los excedentes de las empresas continúa en un holgado 1,5% del PIB, unos 17.600 millones. Y el FMI prevé que se mantenga en el 0,8% del PIB en los próximos años. Es decir, según sus previsiones, la economía española no incurrirá en mayores desequilibrios externos pero tampoco bajará el paro. Es más, elogia a España porque prevé que rebaje significativamente la deuda externa neta, una de las mayores del mundo.
«Se espera que un grupo de países deudores de la zona euro, incluyendo Italia y España, mejoren su posición deudora neta con el exterior en más de 25 puntos básicos de PIB en su conjunto. Para 2024, su saldo de endeudamiento neto rondaría el 32% de su PIB, la mitad que una década antes», dice. Una vez se restan los activos que tiene España en el exterior, la deuda externa se situó al cierre de 2018 en el 77% del PIB, bastante por debajo de los máximos que se registraron en junio de 2014 al rozar el 100% del PIB.
El Fondo ve con buenos ojos que el BCE relaje su política monetaria. Sin embargo, anima a más. Países como España, Italia o Francia disponen de poco margen presupuestario para estímulos. Pero en Alemania, donde el crecimiento ha estado ralentizándose, debería emplearse el espacio fiscal disponible para elevar la inversión pública y para rebajar la carga fiscal sobre el trabajo, argumenta el documento del Fondo.
De persistir la debilidad en la zona euro, la política monetaria podría completarse con una relajación fiscal en aquellos países con capacidad, sostiene. “Una respuesta fiscal sincronizada, aunque apropiadamente diferenciada por países, puede reforzar el impacto en la eurozona”, remacha.
La Fuente y su comentario.
Santiago Niño (@sninobecerra) twitteó a las 3:29 p. m. on mar., abr. 09, 2019:
¡¡¡¡La tasa natural de desempleo (un concepto vago) de ESP supera el 14%!!!! ¡Alucinante!. Ojo al razonamiento: si sube la tas a de actividad subirá el paro porque en ESP no aumentará la demanda de trabajo. Lo que si crecerá, pienso, es el subempleo. https://t.co/fiS9jcdhQd
(https://twitter.com/sninobecerra/status/1115607696193904641?s=09)
El Comentario de @CatSeguros By ©® LNC.
Las entidades financieras de control (Banco de España, BCE y FMI) ya nos tienen acostumbrados a que sus datos informativos no coincidan, a que exista disparidad de opiniones.
La última vez que hubo clara disparidad fue en la 2ª mitad de la 1ª Década del presente Siglo XXI, cuando nuestro gobiernos decían a bombo y platillo «España va Bien, somos la locomotora de Europa».
Por aquella época «el gato se lo llevó al agua» en FMI y, tras éste, el BCE. España cayó (también) en el pozo, finalmente en 2009 hubo de ser tácitamente rescatada (con una «prima de riesgo» que se «alzaba por las nubes») para que no corriera peligro el pago de los intereses de la Deuda Pública.
¿A quién vamos a creer ahora?
La razón nos dice que al FMI.
Y, es que …, quien más tiene es quien más sabe de lo que va a pasar; porque, entre otras cosas, es quien puede influir de forma definitiva sobre los mercados y, por consecuencia, en la economía.
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